El terror sea en cine, novela o en cómic como En la noche del Gul, es un género con una serie de lugares comunes muy concretos, con unos artificios bien conocidos y con unas pautas totalmente establecidas. Esto hace que La noche del Gul peque de tener un giro nada inesperado, un final bastante predecible y un epílogo que se ve a la legua. ¿Y qué? ¿No se espera todo el público que Michael Myers siga vivo a pesar de estar quemado y desmembrado? ¿No sabe todo el mundo que ese momento de calma va a estar seguido de un susto? ¿No se ve claramente que la niña del pozo va a salir de la televisión?
El cine en cómic
Scott Snyder es bien consciente de ello y no duda en tirar de todos estos artificios para narrar su historia, para jugar con ello y también con un poco de metalenguaje al tratarse de un cómic que habla sobre el cine y se ve el propio cine desde dentro. La trama presenta una película, precisamente llamada La noche del Gul, y los intentos por saber más de ella, de la que en teoría es la mejor película de terror de la historia o lo habría sido de no haber caído en el olvido entre otros funestos hechos.
Junto con el dibujante Francesco Francavilla construye un relato que se va desgranando poco a poco, con una premisa inicial que se rompe en pedazos según avanza la trama. Personajes que no son lo que parecen, lugares tenebrosos que ocultan mentiras, secretos que llevan décadas perviviendo y el Gul, claro está. El temible ser que lo gobierna todo, que lo conquista todo, invisible, aterrador, profano, quizá irreal pero muy presente en toda la narración.
Una presencia intoxicante
En cierta forma la presencia, o la falta de la misma, de este ser sobrenatural en La noche del Gul recuerda a la del señor Kurtz en El corazón de las tinieblas. No aparece hasta el final del fabuloso libro de Joseph Conrad, muy bien adaptado a cine por Francis Ford Coppola con un guion firmado por él mismo junto a John Milus y Michael Herr en Apocalypse Now, pero su figura está siempre ahí, fuerte y temible, un dios entre hombres, lo llena todo y lo intoxica todavía más.
El terror gusta y no puede negarse que está en uno de sus mejores momentos de popularidad, al menos en lo que se refiere a cine y cómic, gusta en gran medida por ser un género atado a una serie de convenciones y hechos que son bien conocidos por su público. En ocasiones sorprende por la temática, las actuaciones y la puesta en escena, pero pocas por lo que se refiere al argumento pero es que eso mismo es parte de la gracia y de la experiencia.
La noche del Gul no es para leer de noche
Sí, las cosas terminan bien en La noche del Gul como suele suceder pero como suele suceder, y perdón por la repetición, no tan bien como en un musical o una comedia romántica. El término “Bien” en el terror es muy amplio, abarca todo tipo de pecados, de peligros, de dolor y de criaturas de la noche.
Scott Snyder y Francesco Francavilla saben bien qué hacen en La noche del Gul, saben llevar el horror necesario, la oscuridad necesaria y la dosis adecuada de suspense. No lo leas por la noche, igual no quieres tener esta historia en la cabeza antes de dormir.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012