Cartel de la película El hombre del saco, con Javier Botet, Macarena Gómez y Manolo Solo
El hombre del saco es cine de terror en estado puro. Su única pretensión es asustar y es innegable que logra hacerlo.

El hombre del saco está de vuelta… aunque nunca se ha ido del todo

No creo que erre al decir que el género del terror está viviendo uno de sus grandes momentos en el cine. Cada vez son más los títulos que llegan y si bien es cierto que pocos lo hacen con el mismo presupuesto que gozan las producciones de superhéroes de las majors la gran mayoría tienen muy buena factura. Las franquicias se van incrementando y también lo hacen los seguidores de las mismas, algunas como Saw intentan recuperar su éxito mirando al pasado y otras hacen lo mismo pero de forma más literal.

Es el caso de El hombre del saco, con el subtítulo de El origen del mito, de Ángel Gómez Hernández, se estrena este agosto y se une a esta ola de nuevos títulos del terror que van llegando cada vez de forma más numerosa. Aquí se mira al pasado pero para usarlo como base de una propuesta ficticia.

Basado en hechos históricos

Si bien pueden encontrarse leyendas del hombre del saco, y similares, desde hace siglos (en ocasiones se llega a citar al flautista de Hamelín, que por algo se llevó a todos los niños de la aldea que no quiso pagarle), en nuestra mitología moderna este ser nace en 1910. En concreto en Gádor cuando un curandero local secuestra y mata a un pequeño para, en teoría, curar la tuberculosis de un vecino. La historia es siniestra y terrible, el que quiera que investigue pero como suele decirse: la realidad siempre supera a la ficción.

La fantasía cinematográfica simplifica el hecho real pero no lo despoja del horror del mismo, se toma varias licencias en pos de la narrativa para que esta sea más fluida. A fin de cuentas estamos en el terreno de la ficción, también lo son las biopics, y aquí la intención es lograr que el espectador se agarre a su asiento y tenga pesadillas por las noches. Y eso se logra, no puede decirse otra cosa.

La factura del filme es la esperada y cumple con creces con lo mostrado en trailer, aunque es cierto que la cierta inexperiencia del realizador (es su segundo largometraje, el primero fue Voces en 2020) puede notarse en la falta de un estilo más personal pero no por ello peca de amateur o aficionado en sus formas. El realizador conoce muy bien las reglas del género y las usa a su favor, no en vano lleva desde 2006 trabajando en cortometrajes de miedo y terror, llegando a participar en varios de ellos el mismísimo Paul Naschy.

Actuaciones a la altura

Un acierto de este filme es contar con Macarena Gómez, actriz que sin ser protagonista de la cinta se convierte en lo mejor de la misma. Su actuación como la madre de tres de los niños que se enfrentan al hombre del saco es estupenda, humana, cercana y totalmente real. Si hay una pega en este filme es que ella no haya tenido más tiempo en pantalla, habría sido delicioso.

El resto del reparto, principalmente encabezado por los menores que viven esta historia, cumplen con sus personajes y en alguna ocasión sorprenden. Por un lado hay que alabar el trabajo de Carla Tous como Paula y por el otro el de Iván Renedo como Álex, claro que hay que tener en cuenta que ni la una ni el otro son precisamente novatos a pesar de su edad. Ella ha participado en títulos como Cobardes o 30 monedas y él en Mamá o papá o El universo de Óliver, entre otras producciones.

Y no puedo terminar estas letras sin mentar a Manolo Solo y a Javier Botet. El primero es un actor con una larga vida profesional en la que ha tocado el terror con anterioridad (El laberinto del fauno, Caníbal) además de haber dado vida al recientemente fallecido Francisco Ibáñez en El gran Vázquez. El intérprete da vida a un personaje relevante en la trama, del que prefiero no contar nada ya que a poco que hable del mismo os destriparé puntos relevantes de la misma. El segundo se ha convertido por derecho propio en el gran monstruo de nuestro país que además despunta a nivel internacional, sigue la estela del mítico Paul Naschy y próximamente le veremos dentro de la piel de Drácula en El último viaje del Demeter.

Terror sin pretensiones

El hombre del saco es cine de terror en estado puro. Lo es desde el primer al último minuto. No juega con la duda de si el monstruo es real o no lo es, lo es y lo tenemos claro desde que empieza el filme y eso solo hace que sea todavía peor, su presencia constante y ominosa no deja un momento sin tensión. Sí, claro que todos sabemos que el grupo de protagonistas al final derrotará al villano, eso es lo suyo en estos filmes, pero eso no impide que disfrutemos del viaje.

Un viaje en el que el director junto con sus guionista (él también es firmante de la historia) aprovecha para hablar de los abusones, de los padres que pagan los días malos con sus hijos, de las familias disfuncionales, de la superación de nuestros propios miedos, de la culpa y el perdón. Y todo ello en menos de dos horas. Ahí es nada.

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