Fotograma de la película Mona Lisa
Mona Lisa y la Luna de sangre de Ana Lily Amirpour huele a Buffy, cazavampiros y a Electrick Children. Y es un aroma recomendable.

Para los que somos habituales de consumir mucho de algo es poco habitual que ese algo nos sorprenda. Es lógico, con el tiempo y los años vas conociendo el lenguaje, los giros y artificios, cómo se desarrollan las tramas… esto va a más si lees sobre el tema (y no os digo si además has escrito varios libros al respecto). Así que pocas veces te sientas a ver algo con la idea de que te va a sorprender, es lo mejor. Las expectativas al mínimo y dejar que sea el producto el que te lleve por un camino u otro.

Si llevas tus ideas sobre qué vas a ver en ocasiones te das un golpe con una pared y eso hace que te decepciones. Lo mejor es dejarse llevar y en el caso de Mona Lisa y la Luna de sangre es el mejor consejo que os puedo dar. No esperéis nada, solo disfrutad del viaje. No exijáis nada, no esperéis nada, tan solo que el metraje os lleve por el camino que quiere.

Una historia sin principio ni final

He de decir que no conocía ningún trabajo previo de Ana Lily Amirpour, directora y guionista, pero con este ha logrado captar mi atención. Al principio me esperaba una película de terror, al menos las formas y músicas elegidas presagiaban eso, pero según avanza se aleja de ello y lograba tenerme más pendiente y enganchado. No sabía por dónde iba a ir la cinta que finalmente resulta ser una trama de autodescubrimiento y de lucha por ser uno mismo. Todo ello con un cierto toque visual de película de pasadas décadas recientes (o serie, en algún momento me recordaba a Buffy, cazavampiros e incluso a Electrick Children, estrenada en 2012) pero no con la intención de caer en una nostalgia sin sentido, es una elección artística justificada que enrique al filme.

Un filme que, hay que dejarlo claro, en realidad no empieza y tampoco termina. No al menos según una gran parte del público parece entenderlo. Cuando los acontecimientos se ponen en marcha no hay explicación alguna del motivo de los mismos, solo suceden y ya está, y de la misma forma cuando llegamos al final de estas casi dos horas sencillamente se termina. Podía haberse explicado más y también haberse alargado más, pero no es necesario. La historia de despertar y crecimiento que se cuenta está ahí, la protagonista sufre un viaje metafórico y literal en la busqueda por encontrar su propio ser. Lógicamente por el camino arrastra a otros, y es que ninguno somos una isla.

Personajes extraños y buenos actores

El protagonismo recae por completo en Jeon Jong-seo como la joven Mona Lisa, una muchacha de 22 años que poseé poderes inexplicables y para la que el mundo es un lugar prácticamente desconocido. La actriz logra ser adorable a la par que aterradora cuando es necesario, y tiene una gran química con Kate Hudson. Esta hace de una bailarina, madre soltera, que muestra las dos caras que todos tenemos: la desinteresada y la del puro interés. Y siempre con el nivel interpretativo al que está acostumbrada. Llama la atención ver a Craig Robinson fuera de la comedia, aquí da vida a un policía y lo hace sin caer en bromas o situaciones humorísticas, y si bien hay que decir que su mundo es otro logra defenderse bastante bien.

Hay que matizar que esta no es una película que vaya a marcar un antes y un después en tu vida, pero tiene todo el potencial para convertirse en una obra de culto. Quizá termine siendo mentada al lado de El Cuervo: Ciudad de ángeles, en cierta forma ambos títulos podrían encajar como un propio universo. Un universo, el de Mona Lisa y la Luna de sangre, que bien podría ser expandido en futuras secuelas y ojalá sea así. En un momento uno de los personajes dice “Nos veremos en la secuela”, una forma de expresar un deseo sobre volver a encontrarse pero que con suerte es un adelanto de lo que está por venir.

Mona Lisa y la Luna de sangre es un viaje recomendable, una historia interesante sustentada por personajes llamativos (personalmente el mejor es Fuzz, al que da vida Ad Skrein) y una cuidada fotografía. Puede que no vaya a ser un hito en la historia del audiovisual, pero sin duda verla es algo que os tenéis que regalar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *