Las cosas se pueden hacer bien, mal, mejor o peor. Pero si además se hace con gracia y con estilo, en fin, sencillamente lograrás que el que está al otro lado se entregue con pasión.
Preparar una guía es algo que da mucho trabajo (y bien lo sé, por la que habéis visto hace unos días sobre Doctor Who). Tienes que decidir qué poner, qué dejar fuera, el cómo expresarlo para que sea entendible a todos y también escoger las imágenes correctas para acompañar al texto. Y no hay punto medio, o está bien hecha o no lo está, nunca hay medias tintas.
Y la verdad, siendo sincero, es que este pequeño manual del ambiente debería ser de lectura, y compra, obligada. Pero no solo para homos, lo es para todos y todas. Te ayuda a dejar situadas muchas cosas, como bien dice está orientada para “desubicados”, conocer otras, y sin duda partirte de risa.
Este auténtico quién es quién, referencia obligada al título del tomo, es obra de Enrique P. Sen y Daniel Mainé que han logrado algo que no es en absoluto sencillo, carcajearse de ellos mismos y de todo el mundo que les rodea. No dudan en meterse de lleno en cada estereotipo del ambiente que han encontrado, desde los osos (por supuesto) a las musculocas y pasando por las bolleras que no podían faltar a la cita.
Pero no es solo el qué se cuenta (y el cómo, que es de comedia en estado puro y mucho sardonismo), también es el formato elegido para ello. Si esta guía hubiera optado por una edición de lujo, con tapa dura, excelsas ilustraciones en blanco y negro, precio elevado y todos los elementos que tan bien conocemos de este tipo de materiales, se hubiera estrellado y uno funcionaría. Una guía no puede ser así, tiene que tener ese aspecto más sencillo (casi de andar por casa), unas tapas blandas que te permitan llevarlo en el bolsillo, unas imágenes que te ayuden a situarte en todo momento y además tienes que poder hacer una consulta rápida para salir de dudas. Todo eso se cumple y con creces.
No dudéis, haceos con vuestra copia de “¿Quién es quién? Guía ilustrada del ambiente para gays desubicados”, y nos vemos por Chueca.
