La Maison es una de las series de Apple TV + que han llegado este septiembre de 2024, os hemos hablado de ella y también de Familia de medianoche. Como siempre, o más bien como es habitual, cumple con las pautas de calidad que la productora nos tiene ya acostumbrados, con sus más y sus menos y con productos mejores y peores.
Tras los dos primeros episodios de presentación, muy necesarios para entender bien a la familia Ledu y todo su contexto, su compleja relación y también a sus enemigos, los Rovel, llega el momento de poner las cartas sobre la mesa. Además de todos ellas está la nueva incorporación de Paloma Castel a los Ledu, aunque su personaje esté relacionado de forma directa con el pasado.
Antes de seguir un aviso: Si no estás al día de la serie y sus pormenores no sigas leyendo. Se van a dar detalles concretos de la trama y los personajes. ¡Alerta de spoilers! Habrá destripes, avisado estás.
El poder de Perle en La Maison
La familia Ledu enfrenta su tradicional foto familiar en la que se acuerda, o Perle (Amira Casar) decide, que Vincent (Lambert Wilson) no esté. Esto da una perspectiva clara sobre la capacidad de decisión y poder que ella tiene dentro de la compañía, que es su principal preocupación. De hecho es la responsable de que Paloma Castel (Zita Hanrot) ahora esté al mando de todo lo relacionado con el arte, el diseño y la moda. De hecho así se lo hace saber, que ella, Paloma, se ocupe de las telas y los patrones mientras que ella lo hará de todo lo demás.
Si en el artículo anterior de La Maison ya se planteó que Perle iba a ser uno de los personajes más interesantes por algo era. Tampoco se queda atrás Vincent, quien acepta a regañadientes su nueva posición de vergüenza de la familia y de monstruo en el armario pero sin dejar de intentar imponer sus condiciones. Lo que no parece salir del todo bien o al menos no de la forma en que él quiere. Durante la comida familiar previa a la foto oficial Paloma sube una foto no oficial a Instagram y en ella él no está dado que no ha sido invitado, una demostración de fuerza por parte de la recién llegada que dice de forma clara “También puedo jugar a vuestro juego y no he venido para aguantar gilipolleces”.
Los tejemanejes de los Rovel
Por otro lado desde el lado Rovel, con la temible Diane (Carole Bouquet) a la cabeza, se inicia una estratagema: atraer a la familia a Robinson (Antonine Reinartz), sobrino de Vincent, al igual que antes se hizo con Victor (Pierre Deladonchamps), hermano del modisto y oveja negra al haberse casado con el enemigo. Esto muestra todavía más las ansias de control de Diane Rovel pero también hasta dónde está dispuesto a llegar Victor Ledu, incluso a engatusar a su sobrino con una gran propuesta. Una que, ojalá, sea cierta y no solo un tejemaneje.
Robinson, un diseñador en ciernes
Este hecho hace que el personaje de Robinson Ledu, posiblemente el único decente de todo el clan, crezca y muestre más fondo. Quiere labrarse una carrera como diseñador y parece tener el talento para ello, aunque no esté alineado con lo que debería ser un Ledu (y parezca estar por debajo de Vincent, o al menos eso le han hecho creer durante toda su vida). Con acierto juega una baza que tiene en la mano y esto provoca movimientos y tiranteces, pero tampoco es que haya tenido otra opción.
Junto con Perle este es el personaje más interesante de La Maison, el que más puede crecer y evolucionar a lo largo de los episodios, siempre que los guionistas quieran sacarle partido y no cebarse con él. Algo que, visto lo visto en estos tres primeros episodios, es muy probablemente el camino a seguir. Parece que el pobre Robinson ha venido a este valle de lágrimas a sufrir, a ser tratado con condescendencia y a pasarlo mal. Pero queda todavía mucho por contar y puede haber más de una sorpresa.
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