Fotograma de La grandeza de la vida. Créditos: Divisa Films
Casi siempre que se piensa en Franz Kafka viene a la cabeza La metamorfosis. Ese relato entre el terror, el costumbrismo y el drama social, la terrible historia de Gregorio Samsa quien un día se despierta convertido en un insecto gigante para horror y pesar de su familia. No cuesta ver un cierto paralelismo con el propio Kafka y su situación, enfermo y siendo su familia la encargada de socorrerle en sus facturas y problemas.
La sensibilidad de Franz Kafka
Pero Franz Kafka también era un hombre con un corazón sensible, un hijo aplastado por la fuerte presencia de su padre, un autor que gritaba a la vez que era alguien reservado como muestra su deseo de que al fallecer todos sus escritos no publicados, sus cartas y manuscritos fueran destruidos. Este deseo se pidió a Max Brod, amigo íntimo y también escritor, quien fue incapaz de llevarlo a cabo y más bien hizo todo lo contrario al hacer que sus trabajos incompletos (y más materiales) fueran publicados.
Es este Franz Kafka el que el público se va a encontrar en La grandeza de la vida. Ese Kafka sencillo y pulcro, amable y jovial, con un gran sentido del humor y un enorme pesar que como una losa carga sobre su espalda. A través de Dora Diamant, y basado todo en la historia de amor que compartieron, se va descubriendo a este autor, sus ideas, sus pesares, sus ganas de amar, sus deseos de ser invisible… Una dicotomía en sí mismo como solo pueden ser los grandes genios.
Un acertado casting
Para dar vida a ambos se ha elegido a Sabin Tambrea y Henriette Confurius, los dos más que correctos en sus respectivos papeles. No es solo que encajen bien y tengan la química que precisan, es que además en un gran acierto de casting se ha buscado una similitud física con los personajes históricos a los que recrean. No cuesta nada ver a Franzs Kafka en Sabin Tambrea y tampoco a Dora Diamant en Henriette Confurius.
Igual de acertado es el casting para Max Brod, quien en vida en muchas ocasiones dejó clara la devoción y admiración que sentía por su amigo, algo que queda patente en La grandeza de la vida por el cariño y respeto que ambos se tienen. Las pocas sonrisas que salen del rostro del rostro del Kafka de Sabin Tambrea son ante Henriette Confurius y Max Brod, al que da vida Manuel Rubey quien brinda una actuación excelente.
Basado en una novela
Los directores Judith Kaufmann y Georg Maas, quien también firma el guion junto a Michael Gutmann, conforman un largometraje suave y sencillo. No tiene grandes aspiraciones, tan solo narrar en forma de veraz cuento de hadas el que fue un amor maravilloso y tardío, a la vez que mostrar la parte más íntima y humana de un autor en muchas ocasiones desconocido.
Lo hacen todo en base a la historia previa de Michael Kumpfmüller, titulada también La grandeza de la vida, novela que la sinopsis de la editorial describe como “El último amor de Kakfa. Una novela sutil, enriquecedora y profundamente emotiva sobre el amor, la escritura y la muerte.”. Otra biopic más que lleva a la gran pantalla unas letras ya existentes, como fue el caso de Descubriendo nunca jamás o Una mente maravillosa.
Gracias a Divisa
Hay que agradecer a Divisa Films lo ecléctico de su catálogo que pasa con alegría de grandes franquicias como El planeta de los simios y éxitos de la animación como Del revés 2 a obras más pequeñas como Los buenos profesores y otras de culto como Rubikon 2056, y es que de esta forma productos que se perderían pueden llegar a su público (de igual forma sucede con las plataformas de video bajo demanda). De no haber sido por su listado de novedades del mes pertinente de su lanzamiento este título me habría pasado bajo radar, y no sería el único debido a la gran cantidad de producción de la actualidad, lo que habría sido una lástima y me habría privado de una historia tan trágica y funesta como emotiva y dulce.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012