
Fragmento de uno de los posters de El secreto de la pirámide. Créditos: Amblin.
El secreto de la pirámide, título dado aquí en España al original Young Sherlock Holmes (El joven Sherlock Holmes) es una aventura centrada en un hipotético encuentro entre Holmes y Watson cuando ambos iban al colegio (la película está ambientada en 1870, 18 años antes del primer encuentro oficial ocurrido en Estudio en Escarlata, debut literario a cargo de Sir Arthur Conan Doyle).
Con un gran respeto hacía la obra original (incluyendo detalles que encajarían perfectamente dentro de la continuidad del personaje) la película da 105 minutos de absoluta aventura, grandioso entretenimiento y dosis de espectacularidad bastante buenas para su época (no olvidemos que el film ya tiene 40 años) con unos efectos especiales muy buenos que estuvieron nominados al Oscar.
La historia nos cuenta como Holmes y Watson investigan unos misteriosos asesinatos producidos por un culto egipcio. Durante la investigación vemos a un Holmes tremendamente humano, que incluso tiene novia (la sobrina de un profesor retirado que es el mentor de Holmes dentro de la escuela). Asimismo también se plasman detalles vitales y básicos en la continuidad del popular personaje, como el origen de su indumentaria más característica.
Quizás el mérito de que sea la mejor y más espectacular película de Sherlock Holmes de las últimas décadas (con todo que me parecen también destacables las dos entregas del personaje realizadas por Guy Ritchie con Robert Downey Jr. y Jude Law de protagonistas), se deba al productor del film, Steven Spielberg, por aquel entonces el Rey Midas de Hollywood, cuyas películas (bien fueran dirigidas por él, bien producidas y dirigidas por otros) se contaban como automáticos éxitos de taquilla.
En esta el citado Spielberg no dirige, dejando esa función en manos de un Barry Levinson que realiza la mejor película de su (posterior e irregular) carrera como director, pero se nota su mano en el estilo del film, propio de la productora Amblin que él fundó, y cuyo estilo parece querer ser recuperado en multitud de ejemplos de entretenimiento (bien sean películas o series) que han visto la luz en estos últimos años (Super8, Strangers Things, Star Wars: Tripulación perdida, etc).

El secreto de la pirámide, todo un clásico de Amblin
Pese a que ninguno de los actores protagonistas tuvo después una carrera cinematográfica especialmente reseñable, es justo citar como curiosidad que Nicholas Rowe volvió a ejercer como un Holmes cinematográfico en la crepúscular Mr.Holmes con Ian McKellen encarnando este a una versión anciana del popular personaje, adaptando la obra literaria Un sencillo truco mental.
Como curiosidad, mirando entre los títulos de crédito, se ve la presencia de una por entonces pequeña empresa (Pixar) y de un nombre (John Lasseter), quienes años después serían sinónimo del mejor cine de animación. Asimismo también vemos otros como el genio de los efectos especiales Dennis Muren, o a cierto supervisor de animatronics llamado Stephen Norrington, el posterior director de Blade y de La liga de los hombres extraordinarios.
Pero sobretodo el guionista del film, Chris Columbus, famoso después por la pésima Solo en casa (lo siento, Macaulay Culkin se me hizo siempre muy cargante) y director de las dos primeras entregas cinematográficas de la franquicia Harry Potter (Harry Potter y la piedra filosofal y Harry Potter y la cámara secreta), personaje cuyo estilo visual le debe no pocos detalles a El secreto de la pirámide.
Excelente de principio a fin, entretenida, inteligente, divertida, y aún así respetuosa con Sherlock Holmes y planteando detalles que no contradicen a hechos posteriores, este film es, en mi modesta opinión, una de las películas más importantes de mi vida, una de las mejores que he visto, una de las más entretenidas y todo un clásico de su época, que difícilmente sería posible volver a realizar hoy en día en las mismas condiciones.
Es una lástima que su sorprendente pinchazo en la taquilla cerrase las puertas a alguna hipotética secuela (posible a tenor de como finaliza). Todo en la película encaja perfectamente, desde una dirección impresionante, unos actores que realmente te crees en sus personajes y una historia fascinante. Si te gusta Sherlock Holmes disfrutarás con ella, e incluso si no te gusta el personaje también.
Por cierto, entre los detalles curiosos cabe reseñar que tras los títulos de crédito hay cierto personaje que se descubre… firmando con el nombre de la némesis del famoso detective, su enemigo el profesor Moriarty.
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Crítico especializado en cine y cómic, aunque no tiene problema en lanzarse a leer libros y opinar sobre ellos, siempre de forma constructiva y con educación. Bien conocido en el mundo de la divulgación por su alias, El Chacal, y su blog El Blog del Chacal donde comparte sus reseñas y conocimientos. ISNI 0000 0005 2401 3399