El primer episodio de Palm Royale fue muy prometedor en un gran número de aspectos y en otros era esperanzador sobre cómo se iba a desarrollar la trama, los personajes y sus circunstancias. Algo que con el avance de los capítulos solo va a más, se hace de una manera más que correcta y el espectador solo tiene la opción de caer rendido ante esta panda de arpías carroñeras (ellas y ellos), que solo parecen buscar su propio interés, bienestar y trepar para convertirse en los reyes de la ciudad.
Zumbad, zumbad, abejitas
Tan solo una decena de episodios, de los que no se desvelará nada del argumento y menos todavía de los diferentes giros que hay, en los que este universo creado por Abe Sylvia pide seguir creciendo, mostrar más y desplegar sus alas para ver la envergadura de estas. Una primera temporada que cae sola, se desliza como la mantequilla por un trozo de pan seco, resultando casi adictiva con su mezcla de telenovela (esto es así) y estilo, tanto visual como textil, y un maravilloso humor ácido que se convierte en lo mejor de la propuesta.
Hay que aplaudir el muy buen trabajo de su creador y del resto de guionistas, sin ellos nada de esto sería posible. Más allá de los nombres de sus protagonistas, con Kristin Wigg y Laura Dern a la cabeza, además de la participación de Allison Janney y la legendaria Carol Burnett, hay que elogiar a sus escritores dado que son los que logran que un producto que podría ser uno más se convierta en algo delicioso. Podría ser una hamburguesa y en su lugar es un filete justo al punto, con un poco de ensalada y una copa de vino.
Palm Royale no es para todo el mundo
Ahora, un matiz importante que debe ser tenido muy en cuenta: esta no es una serie para todo el mundo. No es algo bueno o malo, es un hecho que hay que aclarar. El producto da toda la información que uno precisa, no hace falta conocer nada de antemano pero sí tener cierto gusto por la comedia caústica y la sátira descarnada, de antemano el espectador debe querer encontrarse un cinismo palpable y disfrutar del humor negro y la mala uva si no es así es mejor no entrar en este producto. Hay otros, muchos otros, tanto de Apple TV + como en cualquier otra plataforma de vídeo bajo demanda.
Con esto avisado el producto gustará y encantará o no dirá nada a partes iguales. Lo mismo que sucede cuando el que no gusta de los superhéroes se pone una película de Marvel Studios o el que no quiere dramas se mete con La ballena de Darren Aronofsky y Samuel D. Hunter. No es algo malo o bueno, repito, solo es así. La afición por la mala uva y por esos ambientes insanos llenos de buenas palabras que van cargadas como si de flechas con curare se tratara se da por hecho. Si es tu caso no lo dudes, entra de lleno. No te arrepentirás.
A la estela de otros títulos de Apple TV +
Puede que Palm Royale no sea el título más sonado, o reputado de Apple TV +, pero sigue la estela de los estrenados anteriormente en lo que se refiere a su calidad tanto en actuaciones y producción, con una cuidada fotografía y unos guiones mimados y trabajados al dedillo. Si Palm Royale tiene un problema es que el final de esta primera temporada, de nuevo sin desvelar nada de la trama y sus giros, queda totalmente abierto y adelanta hechos que se tocarán en próximos episodios cuando, en opinión de quien esto escribe, le sentaría mejor un cierre a lo abierto y presentado a lo largo de su metraje.
Claro que, por otro lado y es muy importante, eso significa una cosa: Habrá una segunda temporada. Y menos mal. Necesitamos más arpías, copas y años 60 en nuestra dieta y Palm Royale nos lo va a dar.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012