Hulkbuster de LEGO y Marvel Studios, con cuatro minifiguras. Créditos: docpastor.com

Hulkbuster de LEGO y Marvel Studios, con cuatro minifiguras. Créditos: docpastor.com

Hace unos días la televisión de Canarias en su programa Ponte al día usó el término "niñombre", ¿de dónde surge esta palabra?

Hace unos días, casi dos semanas, la televisión de Canarias en su programa Ponte al día (uno de estos habituales magacines matinales que tiene un poco de todo) emitió un reportaje en el que, entre otras cosas, se hablaba del coleccionismo o más bien en la idea del “Niñombre” y, para sorpresa de nadie, se formó una rápida (con matices en lo de rápida) polémica. Esto no es nuevo en la era de las redes sociales, la ofensa y las masas con antorchas están a la orden del día.

Sin entrar en el reportaje en sí, que tras verlo no creo que sea denigrante de ninguna forma (a menos que hablemos de los demonios internos de cada uno, pero eso es algo que excede a dicho reportaje), o en muchas de las quejas y autodefensas que ha habido al respecto, bastantes entendiendo lo emitido como un ataque personal y así lo han dejado claro (tras consultar varias tengo serias dudas de si en realidad han visto el reportaje en cuestión), pero lo que parece ser más relevante es el término usado. Ese “Niñombre”. ¿Y esto de dónde sale? Vamos a ello.

Un término usado desde hace más de medio siglo

“Niñombre” no es una palabra ideada por la cadena televisiva, nada de eso. El término es una traducción bastante literal, y no del todo acertada, de “Kidult”. El mismo puede rastrearse de forma bastante sencilla por décadas, los primeros usos del mismo aparecieron a mitad del siglo XX dentro del ámbito de la televisión. Sí, en aquellos tiempos, y en los años venideros, ya se creaban productos pensados para este target.

Es decir, adultos que además de películas y series de adultos también disfrutan de las infantiles. Esto llevó a la idea y desarrollo de producciones tan icónicas como Los Picapiedra, para adultos en su momento, o Guardianes del espacio, entre otros. Además de haber diferentes niveles y lecturas en títulos como Batman que protagonizó Adam West en los años sesenta o en el estupendo El show de los teleñecos.

Puede sorprender pero hace mucho que no parece haber nada nuevo bajo el sol. Y el término “Kidult”, o la simplista traducción “Niñombre”, tampoco lo es. A lo tonto supera el medio siglo de vida con tranquilidad, está más cerca de ser centenario que recién nacido.

Miércoles interpretando su baile. Créditos: docpastor.com
Miércoles interpretando su baile. Créditos: docpastor.com

Las jugueteras se suben al carro

Pero si hablamos de fechas más recientes este ha sido asumido también por la industria juguetera por un hecho muy sencillo: hay muchos adultos que consumen y disfrutan de productos que pueden ser, o no, para pequeños. ¿Más que antes? Sin duda, ¿el motivo? Muchos, pero uno de ellos la caída de las máscaras de la vergüenza y el auge de películas, series y merchandising de todo tipo que beben de la nostalgia, de la diversión y de la Cultura Pop en general.

Una idea que planteo. La primera vez que acudí a un salón del cómic fue en Madrid, en los iniciáticos Expocómics, yo era apenas un muchacho y acudí con mi padre y él hizo una reflexión que nunca olvidaré. Se preguntó dónde estaban los señores cómo él ya que también los había que consumían viñetas y en parte esta asunción venía por un hecho muy concreto: El cómic franco-belga y sus ediciones.

Mientras los más jóvenes íbamos a por el manga y los superhéroes, con ediciones de grapa mucho más económicas, no dejaban de salir Valerián y Laury o Los metabarones, con su tamaño mayor, edición en tapa dura, historias más profundas y complejas… y se vendían. ¿A quién? A muchas personas, sin duda, y entre ellas a señores como era mi padre. Una vez más, no hay nada nuevo bajo el solo.

Como decíamos en los últimos años, en el siglo XXI, este término que nació dentro del mundo de la televisión ha sido asumido por el de los juguetes. Las empresas jugueteras han sido conscientes de que hay un público ahí fuera que nunca ha dejado de consumir sus productos, mi caso, otros que vuelven tras tener hijos, otros que… hay muchos perfiles, pero el mundo de los negocios no quiere dejar a nadie fuera.

Carlitos y Snoopy en el especial de Navidad de El show de Snoopy. Créditos: Apple TV +
Carlitos y Snoopy en el especial de Navidad de El show de Snoopy. Créditos: Apple TV +

¿Y las tiras de prensa?

Se ha podido ver “Kidults”, aunque no “Niñombre”, en catálogos de juguetes, en artículos, charlas y conferencias. Siempre haciendo referencia al mismo target, aunque dentro de este haya otros tantos. Otros ejemplos de esta tendencia serían películas como la saga Shrek, la exitosa Barbie o, por viajar de nuevo al tebeo franco-belga, Los Pitufos que si bien siempre han sido para niños Peyo (su creador) y los diferentes miembros de su equipo y herederos, supieron hacerlos disfrutables a distintos niveles con una serie de gags e ironías que son complicadas de entender en la infancia.

O, por ir a algo quizá más entendible, las tiras de prensa. Toda una institución en Estados Unidos con grandes series como Garfield, Peanuts (Carlitos y Snoopy) o… ¿De verdad hay alguien que piensa en serio que las tiras de prensa era pensadas para el público infantil? ¿Las que se publicaban en blanco y negro de forma diaria en los periódicos? No, nada de eso. Aunque hubiera pequeños que las quisieran leer, no siempre comprender, el público objetivo de las mismas siempre fueron los adultos.

El éxito de Pixar

Por terminar con este término de “Kidult”, que no es del todo entendible bajo el de “Niñombre”, también se pueden mentar la gran mayoría de películas realizadas por Pixar. Sí, todavía hay público que de forma errónea considera que la animación solo es para niños, y se escandalizan con La fiesta de las salchichas o se extraña cuando los pequeños se aburren en la sala con algunos títulos de Pixar, pero el cine de animación es un medio, nada más que eso.

Pixar ha sabido usar una estética en teoría menos habitual para las historias adultas en su beneficio para tratar temas tan relevantes como el valor de amistad y el cambio (Toy Story), la muerte (Soul), el paso de la adolescencia y el entorno familiar (Inside Out) o el valor de la comunicación para el bien de las relaciones (Los increíbles). Y más, claro, la lista sería bien larga.

Atento que este artículo tendrá una segunda parte en la que hablaremos de varios juguetes pensados para este target, para este público “Kidult”. Quiera uno considerarlos productos de colección, simples juguetes, o una pura y dura estrategia de marketing.

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Las nuevas emociones de 'Del revés 2' junto a las ya conocidas. Créditos: Pixar/Disney
Las nuevas emociones de ‘Del revés 2’ junto a las ya conocidas. Créditos: Pixar/Disney

5 comentarios en ««Niñombre» contra «Kidult» (1), hablamos del término de la polémica»

    1. Eso pasa. Aunque en este caso no sucede así en el reportaje, con sus más y sus menos, es periodísticamente correcto y sin mala intención (lo que opinen las personas entrevistadas por la calle solo responde a ellas). Por otro lado, como comento en el artículo, lo que parece es que pocos de los que se han lanzado a crear polémica lo han visto en realidad y eso que tampoco dura demasiado, pero como comento también creo que hay ahí más de demonios y vergüenzas de cada uno que otra cosa.

      1. Dani Lagi, de Strip Marvel, también se pronunció la semana pasada en un vídeo, igual que tú. De hecho retransmitió esa misma parte del programa, sea como sea dio a entender que mucha gente tiene una idea equivocada acerca de los coleccionistas de figuras y juguetes. A parte dio a entender que nos llaman irresponsables e inmaduros erróneamente porque coleccionar estas cosas requiere un montón de pasta y muchos trabajan para poder permitírselo, además de poder mantener una casa y una familia (como es su caso). Además hay vicios en los que se va el dinero y ya no vuelve, como quien fuma mucho, el dinero que se gasta en cigarros no lo volverá a ver, mientras que las figuras que coleccionamos, en un momento dado, las podemos vender.

  1. el reportaje da verguenza ajena y da a entender que los que coleccionan eso de adultos son poco menos que ninis, cuando precisamente los que se pueden permitir coleccionar esas figuras y juguetes son gente precisamente de buenos trabajos y pasta y que además tiene que ocultarlo muchas veces de jefes y compañeros para evitar el suicidio profesional dado el alto nivel de prejuicio que aun existe. Osea que tiene que ser profesionales 2 veces mas que un friki del futbol, los toros o cualquier mierda más socialmente aceptada en nuestra piel de toro.

    Reportajes de mierda como este es lo que sigue perpetrando estos estereotipos tóxicos de la sociedad con los coleccionistas de ciencia ficción /terror/rol y otras coas de la cultura popular. desde el asesino del juego de rol que proscribió a todos los jugadores de ROL y otros clubs de juegos de mesa para la sociedad que de la noche a la mañana eran todos asesinos debido a esta prensa de la inmundicia.

    Pues claro que fue una mierda de programa e insultó a todos los fans y coleccionistas parece que estéis todos ciegos. No me extraña que haya 2000000 youtuberos reaccionado con un video a esta basura televisada.

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