La recta final de X-Force, que cierra en su número 45 según la numeración de la editorial Panini, ha tenido su emoción, sus giros y el largamente esperado reencuentro entre Simon Williams, el Hombre Maravilla, y Hank McCoy, la Bestia. El mejor y más querido bromance de Marvel Comics que había quedado bastante olvidado por el camino seguido por ambos, principalmente por el mutante.
La llegada del clon
Esto se ha solucionado de una forma muy Marvel, con un clon. Sí, así es. La Bestia tiene diferentes clones y el único superviviente es uno que tiene los recuerdos y forma de ser de hace años, de la etapa en que era un tipo alegre y dicharachero. Y ahora, dicho esto, toca dar un aviso de destripes. Si no estás al tanto de la continuidad actual de Marvel Comics no sigas leyendo.
Un enfrentamiento final
Las semillas sembradas y la dirección tomada por Benjamin Percy en su guion llevaban de forma ineludible a un enfrentamiento entre ambas versiones del miembro fundador de los X-Men. Era algo inevitable, era el cierre y era lo que movía toda esta trama. Por supuesto, y dudo que nadie pensara otra cosa, la Bestia ganadora de tal embate iba a ser la clonada, la que no estaba corrompida pero esto puede hacerse bien o mal.
Aquí se ha apostado por hacerlo rápido y mal, en apenas cuatro viñetas se salda todo. Se redime a la Bestia actual que muere salvando al Hombre Maravilla, una explosión y la confirmación en la página siguiente de qué ha pasado. En concreto, en palabras de Lobezno, “Un Bestia quedó atomizado y el otro se mudó con el Hombre Maravilla”.
Un cierre apresurado10
Un cierre demasiado brusco y precipitado para resultar satisfactorio. ¿El motivo? ¿Imposición editorial? ¿Falta de tiempo? ¿Ardid y que en un tiempo resulte que no ha muerto? ¿Un rápido borrón y cuenta nueva? ¿Todos ellos? Sea de una u otra forma lo cierto es que sabe a poco y que el personaje, por muy perdido que estuviera, merecía algo mejor. Peor mejor una Bestia que ninguna.
Ahora queda por delante ver qué depara el futuro al clon, al que pasará a ser Bestia de forma canónica. Quizá nadie toque el tema y se quede ahí sin más, sin muchas explicaciones, no sería la primera vez que en Marvel Comics se acomete una acción similar por motivos parecidos: solucionar algo insolucionable.
Y, como en el teatro, la función debe continuar.
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