Durante años los eventos y cruces de Marvel no eran algo habitual, al menos no en las líneas que suelen realizarse desde hace largo tiempo. En su momento un personaje podía salir en la colección de otro, quizá compartir una aventura, e incluso un arco de varios números, pero ni por asomo eran tan relevantes, en ventas y alcance, como lo son ahora.
El gran pistoletazo de salida fue Secret Wars, aunque ya había algún antecedente. Esta serie de doce números aparecidos en 1984 juntó a muchos de los nombres importantes de la editorial, tanto del lado de los héroes como de los villanos. Por citar unos pocos puede hablarse de Lobezno, Spiderman, Capitán América, Doctor Muerte, Kang, Magneto… La lista era mucho más extensa, incluso con personajes nuevos como Titania y Volcana, además de, por supuesto, el Todopoderoso.
La relevancia de este primer gran macroevento vino dada por varios motivos, de muy distinto calado. El primero, sin duda, fue la ecléctica inclusión de personajes y lo espectacular de su propuesta, seguido por el hecho de haber una serie de figuras de acción de mismo nombre de Mattel (principales impulsores de la idea), y finalmente el hecho de que el conflicto tuvo repercusiones claras y palpables.
Así cuando regresaron de las Secret Wars se pudo ver que Spiderman llevaba un traje de color negro (tema que daría para mucho, y significaría el nacimiento de Veneno), Hulk dejaba de nuevo atrás su inteligencia y el grupo de Reed Richards ahora tenía como miembro a Hulka sustituyendo a Ben Grimm. Esto hizo que la trama se extendiera más allá de los doce números iniciales, con consecuencias que durarían años y años (como por ejemplo, el escudo del Capitán América).
Tras el éxito de ventas de este evento, vinieron muchos, pero muchos, más. Pero quizá el que más llamó la atención en su momento fue Civil War, una historia en la que los propios héroes combatían entre ellos en aras de un acta de registro para aquellos con poderes. Un lado estaba a favor, otro en contra, y el mundo Marvel cambió por completo. Al menos durante un tiempo, más pronto que tarde todo regresó a su status quo, hasta que vuelva a cambiar. Es el ciclo sin fin.
Esta guerra logró tener al lector pegado a las viñetas, el ver cómo personajes que antes eran como hermanos guerreaban los unos con los otros (y de verdad, no por una equivocación como solía pasar) era adictivo. Más todavía por el hecho de que en realidad ambos bandos tenían motivos para actuar de la forma en que lo hacían, considerando en todo momento que su punto de vista era el correcto.
Pero mientras todo ello sucedía, fuera estaban los ciudadanos, los justicieros menores, la gente con tan solo una chispa de poder, los agentes de S.H.I.E.L.D que debían proteger al mundo de… de los héroes. Mientras todo ardía y se rompía, las mismas dudas que asaltaban a los grandes personajes, se podían ver reflejadas en los secundarios y terciarios, en aquellos que se escondían y también en los que daban un paso adelante para firmar ese registro (por muchos y variados motivos).
El temor a qué pasará, el miedo a un mundo que está llenándose de caos, la incertidumbre sobre qué es una decisión correcta o qué importa más, la ley o la ética personal. Todo ello está presente en Instantánea Marvels: Civil War, el único número hasta la fecha que se presenta con el nombre de un evento y no de un personaje (lo que ya debería dejar claro la importancia que tuvo el mismo).
Una vez más el foco de la acción se centra completamente en las personas corrientes, un término que uso de forma laxa, en aquellos que no son grandes actores de la película y tampoco parecen tener la capacidad de decidir nada. En una sociedad llena de ángeles y demonios, ¿qué puede hacer un simple agente de S.H.I.E.L.D.? Tomar una decisión, solo una, la de ser un ángel o un demonio, y con tal acción influir en la vida de otros para bien o para mal.
Instantánea Marvels: Civil War mantiene el nivel de calidad y de producción que ha tenido esta serie desde un comienzo, pero de forma personal me resulta más atractivo que los anteriores por el trabajo de introspección realizado. Por esa clara y contundente caracterización de personajes, que además se nutre de forma directa de un evento que sacudió a todo Marvel en vez de centrarse en una historia concreta de un personaje concreto.