En muchas ocasiones parece que Hulk es solo un monstruo verde que ruge y revienta tanques. No lo es, o más bien no solo es eso. En su primera aparición era artero, después ha mutado y cambiado infinidad de veces y es con Peter David que alcanza su primer gran momento. El personaje y la serie encontraron su voz y su forma de ser, el guionista dotó al gigante de un fuerte componente psicológico que solo le hizo bien. Es innegable que su etapa es muy querida y recordada por los aficionados, a fin de cuentas en cierto sentido él es tan responsable de la forja del personaje como en su momento lo fueron Stan Lee y Jack Kirby.
Lo bueno de los viajes en el tiempo (y de George Pérez)
A toda su visión se suma en Futuro Imperfecto un viaje en el tiempo, uno que nos lleva hasta un futuro en el que gobierna alguien llamado el Maestro. La historia se toma su tiempo hasta que se muestra, primero solo como unos enormes dedos verdes y después como un envejecido Hulk. La imagen del talentoso George Pérez sigue dejando sin habla, al igual que todas sus viñetas que son de sus mejores trabajos. Al museo de Rick Jones de recuerdos de los héroes (y villanos) caídos me remito, o al hecho de que hasta Wally llegue a salir en la espectacular página doble que inicia la historia. La mezcla de ambos autores es maravillosa y si bien no volvieron a trabajar juntos (dentro del universo Marvel) hay que reconocer que la experiencia fue, y es, increíble.
La idea de un Hulk futuro roto ahonda precisamente en la propuesta más psicológica y compleja del personaje que propugnaba el dibujante, en parte convirtiéndole en el malvado que era su padre y por el camino dejando semillas de qué podría pasar. O no, ya que como se puede entender (al igual que sucede en Terminator y así lo explica Kyle Reese) este no es el futuro, es un posible futuro. Que sea real o no es otro tema, pero lo que sí es real es que el Maestro fue pensado solo para esta trama y ganó rápidamente popularidad lo que ha hecho que haya aparecido varias veces en otros tantos cómics, además de en figuras de acción y videojuegos.
El complemento perfecto
El tomo se completa con la historia Hulk: El último titán (o Hulk: El fin) que firma también Peter David junto al dibujante Dale Keown, igualmente vinculado al gigante esmeralda. Una vez más vamos hasta el lejano futuro, uno en el que solo él queda vivo además de un atormentado Bruce Banner incapaz de morir (pues siempre se convierte en Hulk) y unas enormes cucarachas carnívoras. El cómic es prácticamente todo un monólogo entre ambas personalidades, de nuevo un trabajo de corte psicológico que ahonda en las profundidades del alma del coloso, en su ira y también en sus miedos.
En solitario cualquiera de estos dos títulos, Futuro Imperfecto o El último titán merecen estar en la estantería de todo amante de Marvel Comics o de las buenas historias, pero cuando unes ambos en un único tomo entonces pasa a ser algo imprescindible. Posiblemente sean los dos mejores cómics protagonizados por Hulk.
