Portada del cómic Hulk número 116

¿Acaso no está en realidad la mente de Bruce Banner tras la cortina que es Hulk? Es su psique, sus dudas, sus miedos, su ira…

Desde sus comienzos Hulk ha sido un personaje muy cambiante, no hay más que acercarse a las primeras historias realizadas por Jack Kirby y Stan Lee para darse cuenta de ello. Estos iniciáticos y dudosos pasos dejaron impronta en el monstruo y se convirtieron en su seña de identidad; sí, claro que “¡Hulk aplasta!”, eso siempre está ahí, la fuerza bruta es uno de sus pilares, pero más que ningún otro personaje de Marvel Comics es el cambio lo que lo mueve.

De esta forma el gigante esmeralda pasa de ser un bruto con el cerebro de un niño a un genio científico, de ser el mal encarnado a un matón ingenioso y todo en unas pocas páginas de un tebeo. Esa es la magia de las viñetas y ese es el punto que hace que Hulk siga siendo un personaje interesante, y es que seamos sinceros, si tan solo fuera siempre un personaje muy fuerte que rompe tanques militares habría resultado aburrido.

Ahora el nuevo cambio de rumbo viene de la mano de los autores Donny Cates y Ryan Ottley, dos nombres que llevan tiempo dando qué hablar, y que lo harán una vez más. El motivo es muy sencillo, es girar por completo la situación y plantear que todos estábamos equivocados, que el peligro real no es esa enorme masa de músculos, que en realidad lo es el humano que hay detrás.

¿Acaso no está en realidad la mente de Bruce Banner tras la cortina que es Hulk? Es su psique, sus dudas, sus miedos, su ira… él es la persona que mueve los hilos y que, en cierta forma, siempre ha controlado al coloso. Ahora más que nunca, ahora lo controla por completo, aunque para ello deba usar métodos de dudosa ética que le acercan más al Líder que a ser un Vengador.

Y es que la pluma siempre es más poderosa que la espada, así que imaginad qué puede suceder si una de las mentes más brillantes del planeta maneja a su antoja a uno de los seres más fuertes del mundo. Eso es precisamente lo que pretenden explorar Cates y Ottley en su tratamiento de Hulk, un camino que tan solo acaba de comenzar (escribo esto con el primer número de su etapa publicado) y que promete curvas, baches, tropezones y mucho movimiento.

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