Desde que Hulk apareció en el mundo del cómic en 1962 ha sido un personaje complicado. Su perfil inicial era más oscuro que el que posteriormente se popularizó, ha estado siempre en cambio y ha sido campo de experimentación para autores , al igual que ha sido un abismo por el que despeñarse para otros.
Hoy en día el nombre lo lleva Amadeus Cho, un joven de gran inteligencia que en el pasado fue amigo del científico Bruce Banner. Pero antes de todo esto hubo una traición y un viaje. La traición de los que Banner pensaba que eran sus amigos y un periplo a otro mundo, el que sucede en Planeta Hulk.
Salvo que no está Conan, está Hulk o más bien Cicatriz Verde. Un monstruo para unos y un héroe para otros, pero sin dejar de lado jamás esa vertiente que le hace ayudar a los demás aunque estos le odien y le persigan. Aquí Greg Pak lleva la batuta en el guión sembrando el relato de épica y también de humildad, dejando que el gigante escarlata llegue a sus máximas posibilidades en una historia creada a su medida.
Esto último hace que crezca de una forma que hubiera sido imposible en la Tierra, en el universo Marvel regular, ya que los héroes se lo habrían impedido como precisamente hicieron al organizar un plan para deshacerse de él; en teoría para siempre pero nadie dijo que fuera a salir bien.
El trabajo de Greg Pak encuentra su perfecto complemento en las manos de los dibujantes Carlo Pagulayan como artista principal, con la colaboración de otros ilustradores, y las potentes portadas de José Omar Ladrönn que beben en más de un sentido del gran Frank Frazetta logrando de esta forma toda la épica que merece y necesita este volumen.
Si os gustan los relatos de fantasía heroica debéis leer Planeta Hulk. Una de las mejores historias del gigante esmeralda.
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