Drácula era… ¿cordobés?

Drácula es un personaje inmortal. Metafórica y literalmente. El vampiro creado por Bram Stoker en 1897 es uno de los grandes iconos de la literatura y el terror de todos los tiempos, una figura trágica y oscura que nunca ha dejado de despertar pasiones. No fue el primero, hay antecedentes literarios empezando por El vampiro de John de Polidori y Carmilla de Sheridan Le Fanu, pero es el más popular y querido de todos además del primer gran monstruo de Universal Pictures.

Fue con el rostro del austro-húngaro Béla Lugosi cuando en 1931 llegó a la gran pantalla como adaptación de la obra teatral (que él mismo había protagonizado) que a su vez adaptaba la novela original, se convirtió de forma inmediata en un éxito tras el que llegarían otros seres sobrenaturales y de paso el primer universo compartido del cine (hay vida, y mucha, antes de Marvel Studios). No puede entenderse a Drácula sin la presencia de este profesional, ¿pero y si en vez de un actor austro-húngaro hubiera sido uno cordobés?

Carlos Villarías, el Drácula cordobés

No, no es una ficción o una recreación, realmente fue así. En el mismo momento en el que Tod Browning (junto a Karl Freund) estaba rodando su Drácula se realizó una versión en español dirigida por George Melford, responsable también de El rey de la jungla y Al este de Borneo. Una durante el día y otra por la noche, con el añadido de que al saber cómo se habían hecho las escenas estas incluso podían mejorarse. Como cabeza de cartel estaba Carlos Villarías (como Carlos Villar) para dar vida al conde transilvano, junto a Lupita Tovar como Eva, Barry Norton como Juan Harker (en vez de John) y Pablo Álvarez Rubio metiéndose en la piel de Renfield.

Si bien Villarías tiene otros tantos títulos entre los que se cuentan Gran Hotel, Nostradamus (como el propio vidente), The California Trail o María Magdalena, pecadora de Magdala y Reina de reinas: La Virgen María en las que interpretó al apóstol San Pedro, pero para bien o para mal todos estos trabajos han quedado eclipsados por la curiosidad de su interpretación del popular vampiro. Una interpretación que durante largos años se consideró perdida hasta que se encontró una copia de la película en la década de 1970, lo que permitió restaurarla y conservarla e incluso lanzarla dentro del pack Dracula: Complete Legacy Collection.

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