El paso de John Byrne por Los Cuatro Fantásticos es magistral. Cómic en estado puro y aventura de la mejor.

Personalmente considero que Los Cuatro Fantásticos han tenido tres etapas que son imprescindibles. La primera de todas es, precisamente, la primera de todas, me refiero a las historias firmadas por Stan Lee y Jack Kirby; esas páginas en las que el grupo empezaba sus aventuras y tenía esos iniciáticos enfrentamientos con el Hombre Topo, el Amo de las marionetas y, por supuesto, con el siempre genial Doctor Muerte, que sin duda es una de las mejores creaciones que tuvo el dúo de padres del Universo Marvel (junto con Steve Ditko, el tercer padre).

Después considero que estarían las de Carlos Pacheco y Rafa Marín y la muy recomendable época de John Byrne, y en parte ambas por el mismo motivo: beben mucho de los primeros cómics, actualizan el mito y logran darle ese sabor clásico que necesita, además de entender a la perfección que son una familia de aventureros y no tanto un grupo de superhéroes.

Doctor Muerte por John Byrne

Eso es lo que John Byrne tuvo en mente en todo momento, devolvió lo fantástico a Los Cuatro Fantásticos y firmó una de las mejores etapas que jamás ha tenido el cuarteto. No en vano suyas son algunas de las historias más recordadas, como Terror en un ciudad pequeña en la que el Doctor Muerte y el Amo de las marionetas unen fuerzas (cada uno por sus propios motivos) o ¡Esta tierra es mía!, una de las mejores tramas que se hayan tejido alrededor de Muerte y que ayuda a comprender mucho sobre este villano y cómo lo ve su pueblo.

Nova y la Antorcha Humana

Pero el canadiense también tiene claro que se puede innovar manteniendo un fuerte lazo con el pasado, y el mejor ejemplo de ello será el personaje de Frankie Raye. Una joven que empezará una relación con Johnny Storm y a la que no le entusiasma que se convierta en la Antorcha Humana (en un claro paralelismo con Dorrie Evans, que fue recuperada en la mini serie Instantánea Marvels), pero que terminará convertida en una versión femenina de este, con poderes de fuego y una conexión directa con la Antorcha Humana original.

Esto es posible al hacer que su padrastro sea en realidad el profesor Phineas T. Horton, creador del androide que vivió tantas aventuras junto a Namor y al Capitán América como miembro de Los Invasores. El pasado se une con el presente de muchas formas, entre las que se incluyen una nueva llegada de Galactus, la presencia de los Inhumanos y de los Skrulls, imprescindibles villanos cuando hablamos de Los Cuatro Fantásticos.

Pero este primer tomo recopilatorio (de cuatro que contendrán toda la etapa de John Byrne) se completa con algunas curiosidades. La primera es la versión en cómic de un episodio de los dibujos que realizaron en DePatie-Freleng Enterprises en 1978, el mismo que adaptaba el primer encuentro con el Doctor Muerte y que aquí vemos convertido en viñetas con Herbie en sustitución de la Antorcha Humana.

Las otras dos, aunque hay más, son dos números de What If? que van totalmente de la mano de las historias de este volumen; el primero se trata de ¿Y si Los Cuatro Fantásticos no hubiesen conseguido sus poderes?, que firma el propio John Byrne, y el segundo es Tragedia en una ciudad pequeña en la que Bill Roseman y Anthony Castrillo revisitan y homenajean Terror en un ciudad pequeña.

Hace ya bastantes años, en 2007, John Byrne me dijo (en esta entrevista que podéis leer aquí) que pensaba que su trabajo con Batman y el Capitán América era lo mejor que había hecho hasta ese momento, y si bien no discutiría con un autor sobre su propia obra hay que reconocer que su paso por Los Cuatro Fantásticos es magistral. Cómic en estado puro y aventura de la mejor.

Mural de héroes y villanos de los Cuatro Fantásticos por John Byrne.

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