La Luna de G. Méliès vista por Fran Nuño y Enrique Quevedo

La Luna de G. Méliès vista por Fran Nuño y Enrique Quevedo

Nos hará viajar a la Luna y conocer a los selenitas

Pocas veces se puede decir que un cómic sea bonito. Que lo sea sin lugar a dudas, desde cualquier punto de vista. Este es uno de esos casos. Viaje a la Luna de G. Méliès de Fran Nuño y Enrique Quevedo, que edita Sallybooks, no es solo un más que merecido homenaje al clásico del cine de Georges Méliès, es en sí mismo una historia preciosa de leer que te deja una sonrisa en la boca y calor en el corazón.

Es bonita y tierna, es algo naíf y muy alegre, es un canto a lo imposible, al valor de la imaginación y a la creencia de que lo imposible puede ser posible. En cierto sentido, con mucha distancia, tiene algunos paralelismos con Más allá: La asombrosa historia del primer humano que viajó al espacio en la que se narra el periplo casi imposible que llevó a Yuri Gagarin a ser el primer hombre en dejar atrás nuestro planeta. Claro que eso fue una historia real y la que nos ocupa una ficticia, lo que permite dejar volar la magia y las posibilidades de una forma maravillosa.

Claras influencias de grandes clásicos

Mientras las páginas y las preciosas viñetas de Enrique Quevedo van pasando se notan algunas influencias y autores que sin duda han sido básicos para la creación de esta obra. Lógicamente el primero es el propio Georges Méliès que en 1902 produjo, escribió, dirigió y protagonizó el clásico al que se rinde homenaje, Viaje a la Luna, y del que se va más allá para narrar una historia que tiene su propia personalidad. Se nota también un cierto aire a Winsor McCay y su eterno Little Nemo in Slumberland, obra que sí o sí debéis leer, y en ciertos momentos viene el británico Martin Handford (creador de ¿Dónde está Wally?) a la cabeza.

Viaje a la Luna de G. Méliès es una lectura más que satisfactoria, una que nos hará viajar a la Luna y conocer a los selenitas para después devolvernos a nuestro planeta con una sonrisa en el rostro. Un título recomendable que debe acompañarse, sin duda alguna, del visionado del filme original, o directamente de toda la filmografía de Méliès, que no tiene desperdicio alguno.

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