El cosmonauta ruso Yuri Gagarin, primer hombre en llegar al espacio.

El cosmonauta ruso Yuri Gagarin, primer hombre en llegar al espacio.

El increíble viaje de Yuri Gagarin, el primer hombre en ir al espacio.

El mundo es un lugar maravilloso en el que suceden cosas imposibles a cada minuto. Es fácil sorprenderse y sonreír con todo lo que nos depara, claro que hay otras tantas cosas malas y muchos dicen que lo realista es fijarse solo en ellas. No pienso así, es igual de realista fijarse en lo bueno que en lo malo, hacerlo en exceso de un lado es positivizar y del otro es ser pesimista. No todo es blanco y negro, ahí los daltónicos partimos con cierta ventaja.

El libro Más allá: La asombrosa historia del primer humano que viajó al espacio deja todo esto más que claro. Mientras los rusos veían los aciertos de sus sistemas y cohetes, quizá haciendo menos caso a los posibles fallos de lo que deberían, los estadounidenses se centraban más en todo lo que era un escollo aunque fuera pequeño, quizá haciendo menos caso a los posibles aciertos de lo que deberían. Y de esta forma el 12 de abril de 1961 Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en alcanzar el espacio, lo que le valió un ascenso en su rango militar, la fama mundial y convertirse en un icono histórico por encima del resto de sus compañeros de entrenamiento. Solo uno podía ser el primero y él fue el elegido.

No fue, para nada, un camino de rosas

Lo interesante del libro que firma Stephen Walker no es que narre este hecho, es que narra todos los hechos. No se centra únicamente en la vida y el éxito de Gagarin, aunque así pudiera parecer por el subtítulo (La asombrosa historia del primer humano que viajó al espacio), su trabajo ahonda en un terreno mucho más amplio para hablar claramente de todos los quién, los porqué, los cómo y los cuándo. No deja nada por contar, todo sustentado en entrevistas hechas por él mismo, una exhaustiva investigación y la consulta del material previo existente (que es ciertamente extenso).

Si bien muchos somos amantes de la ciencia ficción, es mi caso y de ahí que escriba historias de un perrito aventurero que viaja por el espacio, resulta mucho más emocionante leer los hechos reales. No hay nada ficcionado, Walker cuenta todo según fue (o lo más aproximado, hay momentos y situaciones con relatos contradictorios y huecos imposibles de llenar) pero además lo hace de una forma apasionada, se nota en sus palabras y logra transmitirlo al que está al otro lado. Mientras lees llegas a sufrir por los cosmonautas y astronautas a partes iguales, te duelen las diferentes pruebas que les hicieron, lloras con las (en mi opinión inútiles) muertes de los perros en pruebas y sonríes cuando Yuri Gagarin logra hacer Historia con mayúsculas.

Y es que es cierto ese viejo refrán: la realidad siempre (pero siempre) supera a la ficción.

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