Comenta Julián Clemente en su Spot On de este cómic titulado solo Muerte (Days of Doom en el original) que el autor Sanford Greene propuso a C.B. Cebulski (director editorial de Marvel Comics) hacer una carta de amor al Doctor Muerte y este respondió de forma positiva. Como se aclara en este mismo escrito todo viene de la pasión del creador hacia un personaje que es considerado el mejor villano de Marvel Comics y por él mismo como la figura central de este.
Es complicado decir que no es así. Desde su primera aparición, con un atuendo mucho más medieval todavía que el que será habitual después, marcó un antes y un después en las viñetas de este universo. A lo largo de los años ha luchado contra infinidad de héroes, villanos, seres cósmicos de todo tipo… El Doctor Muerte es un gran personaje que con el devenir de las décadas solo ha ido a más.
El destino forjado
En Muerte los jóvenes Valeria y Franklin Richards lo encuentran vagando por el espacio, debería estar muerto pero no lo está. Claro que no, es Victor von Muerte y siempre va un paso por delante. La trama, sin desvelar mucho, le lleva a enfrentarse al mismísimo Galactus, algo que no es nuevo para él. Un simple humano que desafía a un Dios, otra vez. Y es que Muerte es mucho Muerte, no es un mortal rendido a los caprichos del destino. Si hay un destino es el que él mismo forja.
Junto a Jonathan Hickman
Para crear esta carta de amor Sandford Greene se une al muy reputado Jonathan Hickman, autor que ha estado unido a los Cuatro Fantásticos y al que se debe gran parte de la idea actual de este villano. Ambos demuestran ser bien conocedores de este personaje, de su personalidad, de sus anhelos y sus metas. Saben bien cómo escribirlo, como representarlo y cómo hacer que sea más grande que la vida, como debe ser y siempre es en parte gracias al color combinado del propio Greene y Rachelle Rosenberg.
Los héroes
Pero una carta de amor al Doctor Muerte no puede hacerse sin repasar de una u otra forma su propia vida, sus elecciones y las relaciones que ha mantenido a lo largo del tiempo. Así entra en juego Valeria, la hija de su peor enemigo pero también su protegida, quizá la única persona a la que considera (casi) su igual. Por supuesto los héroes de Marvel intervienen en este cómic con Reed Richards a la cabeza tan solo para mostrar la futilidad de sus actos, e incluso el Hombre Molécula hará una breve pero interesante aparición.
El Hombre Molécula
De nuevo sin entrar en cómo se hace y qué se narra, dado que siempre lo mejor de una historia es leerla, la entrada de Owen Reece más conocido como el Hombre Molécula entronca directamente con el pasado de Muerte y del propio Hombre Molécula. Por la primera parte es así debido a la relación que ambos mantuvieron en las Secret Wars originales y otro tanto por las posteriores orquestadas por el propio Jonathan Hickman, así que tiene sentido su introducción en estas páginas.
El repaso al pasado del Hombre Molécula llega con la elección de mostrarlo en tres aspectos diferentes del mismo que sirven para homenajear su propia historia. Así este villano, muchas veces a su pesar, entra en escena según era en su primera aparición en 1963 seguido del traje más habitual del mismo y como postre como el hijo del Hombre Molécula según se pudo ver en 1973. Esto último es una elección llamativa y arriesgada por el terrible diseño del mismo y el hecho de que era un constructo artificial, un títere manejado por el malvado y no tanto él mismo.
Una carta de amor al Doctor Muerte
Days of Doom o Muerte en España es justo lo que quería Sanford Green: una carta de amor al Doctor Muerte. Una de las muchas que el personaje ha tenido a lo largo de los años que sirve también como justo podio para recordar el gran trabajo que juntos realizaron Jack Kirby y Stan Lee. Un especial que merece estar al lado de otras grandes historias de este villano como las Secret Wars clásicas (no nos engañemos, es un juego coral pero es una historia sobre el Doctor Muerte), la dupla formada por Pottersville y Bedford Falls (referencia directa a la magnífica ¡Qué bello es vivir!), Emperador Muerte o Impensable, entre otras muchas.
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Debe de estar muy bien ese libro. Siempre me ha impresionado cómo el narcisismo y la prepotencia de Muerte son tan solo superados por su valor, dado que no teme a nada ni a nadie, ni siquiera suplica por su vida cuando está en peligro mortal. No duda en enfrentarse a Galactus, a Mefisto o a Thanos porque está muy seguro de sí mismo, a veces parece que demasiado. Y aunque fracase tiene un plan de contingencia. Hay que admitirlo, es todo un villano admirable. Me resulta curioso, a la vez que paradójico, que sea capaz de apreciar a la hija de su más odiado enemigo y que además pueda considerarla (casi) su igual cuando él mismo se considera supremo, considerando cómo se enfurece cuando un ex nazi le compara con Cráneo Rojo o un niño con Magneto.
Es un personaje con muchos matices, es parte de su grandeza.