Cartel de Super Mario Bros.: la película
Si la mejor manera de adaptar Super Mario Bros. era la animación, ¿tanto ha costado realizar una película como esta?

Super Mario Bros. nació como videojuego de plataformas en 1985. Diseñado por Shigeru Miyamoto, el éxito fue tal que a partir de ahí ha habido infinidad de versiones para todo tipo de formatos, logrando ser un icono para Nintendo. Admito que nunca he sido seguidor ni jugador acérrimo de videojuegos, pero mentiría si dijera que no he jugado alguna partida esporádica con el protagonista de esta franquicia, el fontanero Mario, por lo que se puede decir que más o menos lo conocía cuando fui al cine en 1993 para ver su adaptación en acción real, en su momento una película machacada por la crítica y denostada por el público, que se decantó en aquella temporada veraniega por otro estreno con dinosaurios que generaría su propia franquicia: Jurassic Park.

¿Tan mala era aquella película? Hace 30 años admito que no me disgustó, pero que si se quedó en mi memoria como algo FALLIDO, ya que las similitudes con el videojuego (por aquel entonces) podemos decir que eran tangenciales. De todas maneras creo que la pareja protagonista si era más o menos funcional, ya que tanto Bob Hoskins como Mario así como John Leguizamo (actor al que descubrí a raíz de dicho film) como su hermano Luigi sabían cumplir la difícil papeleta. El problema era TODO LO DEMÁS, siendo difícil encontrar cierta equivalencia que recordara en algo a lo planteado por los videojuegos. Uno de los errores más evidentes que si recuerdo fue poner aspecto humano al villano, interpretado por un histriónico Dennis Hooper, así como la ridícula justificación para el personaje de Daisy (a cargo de la actriz Samantha Mathis entonces conocida por ser la novia de River Phoenix).

De todas maneras su error era ese tan común en otro tipo de adaptaciones de los noventa y primeros 2000: intentar hacer en acción real algo IMPOSIBLE de trasladar a dicho formato. Hay cosas (comics, series de animación, videojuegos, etc.) cuya idiosincrasia hace que funcionen dentro de sus propios parámetros, pero que no acaban de convencer cuando se les cambia esa esencia propia, al menos hasta estos últimos años en que algunos proyectos si consiguen un acierto parcial. Ejemplos de lo primero hay muchos, que van desde la película de Los Picapiedra en 1994 a las dos películas en acción real de Mortadelo y Filemón de 2003 y 2008; films que pueden gustar más o menos según cada espectador, pero que resulta innegable que no acaban de hacer una traslación acertada de sus parámetros de origen. Sería como si alguien se planteara una adaptación en versión real de ¡¡¡Los Simpson!!!… son proyectos que siempre parten con la desventaja del cambio de formato.

Si por tanto la mejor manera de adaptar Super Mario Bros. era la animación, ¿tanto ha costado realizar una película como esta? Vale que ha habido algunos programas televisivos, alguna serie de animación a lo largo de su historia, así como traslación a las viñetas de los comics, pero todo ello fue previo al estreno del film de 1993 (que incluso generó su variante porno, en dos entregas con Ron Jeremy de protagonista, que fueron compradas por Nintendo para hacerlas “desaparecer” y mantener el buen nombre de la franquicia) Se ha tenido que esperar a que Illumination Entertainment (famosos por Los Minions) y Universal Pictures se pusieran de acuerdo para realizar esta película, que por fin consigue hacerle justicia visual a estos personajes, aunque para muchos pueda pecar de excesivo fan-service (son tropecientas mil las referencias: yo pillé muchas pero seguro que aún hay más) así como de un ritmo en algunos momentos excesivamente alocado. Pese a todo creo que convencerá al público infantil al que va dirigida, así como también a los nostálgicos que por fin verán en pantalla (de cine) una acertada traslación de este personaje y su universo, si bien con la pena de que algo así no hubiera llegado antes.

Pero más allá del fan-service, ¿convence? Su argumento es simple y sencillo (no nos vamos a engañar), por lo que por ahí puede que el resultado flaquee para muchos. También tiene un apartado musical que funciona cuando se centra en si mismo, pero con ciertas elecciones en cuanto a canciones que pueden levantar discrepancias (aunque a mi me resultaron funcionales) Al haberla visto en pase de prensa en versión original subtitulada es justo citar a Chris Pratt como Mario, Seth Rogen como Donkey Kong y Anya Taylor-Joy como la Princesa Peach (que, a tono con los tiempos que corren, ya no es la previsible damisela en apuros), aunque quien sin duda lo borda es Jack Black como el villano Bowser. Siguiendo con la moda de escenas tras los créditos, en la última de ellas se sugiere la presencia de cierto popular aliado del protagonista, en caso de que esta película funcione lo suficiente como para generar una secuela.

Crítica de Oscar Ferrer.

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