Portada de Jeanne du Barry, editada en Blu-ray por Divisa
Lo bueno y malo de las películas biográficas, o biopics, es que en muchas ocasiones el final de la misma se conoce de antemano. Son hechos históricos, más o menos ficcionados pero hechos históricos y por ello es fácil que se sepa el cómo terminará la trama pero eso no es óbice para que no se pueda disfrutar de la misma, de las actuaciones, de los diálogos, de la fotografía, del vestuario…
Todo estos puntos en los que Jeanne du Barry, que llega a Blu-ray de la mano de Divisa, aprueba sin problema destacando por encima de todos los demás la interpretación de Johnny Depp, tanto por la fama del actor como por la calidad de la misma. Una actuación con pocas palabras pero un gran abanico de emociones, gestos y miradas que logran que el público empatice con una figura como la del rey Luis XV, al que se humaniza y aleja del hecho de la nobleza para hacer de él un hombre común con sus preocupaciones, dudas, miedos y, en ocasiones, alegrías.
Buenas actuaciones
Pero en este filme no se puede hablar solo de Depp, alrededor del actor hay un gran elenco que encabeza Maïwenn como la mujer que da título a la obra. Esta actriz y realizadora iguala por completo al legendario estadounidense y logra tener con él una gran química desde su primer minuto juntos en pantalla, algo que también debe achacarse a su acertada dirección y al guion que firma junto a Teddy Lussi-Modeste y Nicolas Livecchi.
Si ellos están estupendos otro tanto tienen el resto de secundarios, e incluso terciarios, siendo este un aspecto realmente muy cuidado de la producción. Por gusto personal destaco las labores de Benjamin Lavernhe como La Borde, asistente personal y amigo cercano del rey Luis XV, y al veterano Piere Richard como el duque de Richelieu. Dos entre un reparto muy amplio en el que todos están más que acertados y correctos, haciendo que el metraje fluya casi solo entre sus actuaciones y diálogos.
Diálogos ingeniosos
Este punto, el diálogo (o más bien qué se dice y qué no se dice), es otro de los grandes aciertos del filme y la demostración de que puede hacerse una película histórica y biográfica sin caer en ser farragosa o espesa, algo que es siempre de agradecer y más en un filme de corte palaciego en el que si bien hay intrigas no son, ni de lejos, lo más relevante del mismo y sí la relación de amor, confianza y amistad que sucede entre los dos protagonistas. De igual forma hay que alabar la fotografía igual de cuidada que todo el resto de la producción, con algunas imágenes que son preciosas y dignas de enmarcar, al igual que los diferentes vestuarios y más en concreto los de la propia Jeanne du Barry.
Una película entretenida y disfrutable basada totalmente en personajes, sus diálogos y el talento de los intérpretes detrás de ellos. Ideal para ver un fin de semana y después seguir con El hombre de la máscara de hierro (versión de 1998), a continuación ponerse La favorita y terminar con la muy divertida Fanfan La Tulipe que protagonizó Vincent Perez en el 2003.
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