Un filme directo y honesto.

El fotógrafo de Minamata de Andrew Levitas, protagonizada por Johnny Depp como el mítico fotógrafo W. Eugene Smith, se basa de forma directa en un hecho real, y no escatima en detalles verídicos y dolorosos a la hora de contar su relato. El director, también co guionista (junto con David Kessler, Jason Forman y Sthepen Deuters) no ha pretendido suavizar nada al espectador, es sincero y honesto con su contenido, la historia sucedió de una forma y eso es lo que hay.

Johnny Depp está fantástico, totalmente alejado de los histriónicos personajes que le son tan habituales (principalmente de la mano de Tim Burton), como Ichabod Crane, Jack Sparrow o Willy Wonka. Aquí su interpretación es bien distinta, mucho más comedida e intimista, demuestra una vez más que es un gran actor al que se debe tener muy en cuenta.

No es descabellado decir que en El fotógrafo de Minamata estamos ante su mejor interpretación hasta la fecha, un papel por el que será recordado durante mucho tiempo y que seguro hace que más de uno se reconcilie con él. Yo mismo, por ejemplo.

Destaca también el siempre estupendo Bill Nighy como Robert Hayes, viejo amigo y antiguo editor del fotógrafo con el mantiene una complicada relación. Verlos compartir pantalla es una delicia, una auténtica competición actoral por la que solo podemos dar gracias. La única pega, es que no tengan más escenas juntos, eso habría sido maravilloso.

El fotógrafo de Minamata es un filme directo y honesto, una tragedia humana que todavía hoy es recordada y un fotógrafo mítico que murió pocos años después de su canto del cisne. El BCN Film Fest viene fuerte.

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