Portada de Calatrava de Serendipia Editorial
Hay un viejo dicho que reza que la realidad siempre supera a la ficción y existe por algo, no es baladí y tampoco erróneo. Puede que en nuestro mundo no haya un Darth Vader, un Superman o un Willy Wonka pero sí hay, o hubo más bien, un Cyrano de Bergerac un Barón de Münchhausen, un Lawrence de Arabia, un Gary Faulkner, un Vlad Dráculea o un equipo jamaicano en los Juegos Olímpicos de invierno. Todos ellos con vidas apasionantes en las que la leyenda se entremezcla con la verdad histórica y todos ellos convertidos en un momento u otro en personajes de ficción.
Sus historias se han llevado a la literatura y al cine con más o menos intención de ser veraces e incluso jugando a dos bandas en ocasiones, pero son un claro demostrativo de que es cierto que la realidad siempre supera a la ficción. Tanto que en ocasiones se puede encontrar a personas que consideran que varios de los nombres mencionados no son reales, que son personajes ficticios. De igual forma puede suceder si hablamos de frailes soldado, de una guerra en la Edad Media, de un amor perdido… aunque todo es cierto y de tal forma se muerta en Calatrava. Fundación.
Calatrava. Fundación: Una historia real convertida en viñetas
El tomo escrito por Juanra Fernández y dibujada por Roberto García Peñuelas viaja hasta el pasado de nuestro país, en concreto hasta el reinado de Sancho III de Castilla (al que se apodó “El deseado”) cuando los frailes Diego Velázquez y Raimundo de Fitero, reciben el encargo directo de su majestad de proteger Calatrava. Empieza así un interesante relato sobre la primera orden de caballería de nuestra península, con personajes fuertes, hechos seguramente muy desconocidos por la mayoría y el aporte de una reseña histórica que firma Honorio Álvarez que sirve para situar por completo todo en su contexto.
Calatrava. Fundación es un buen y entretenido cómic histórico, fácilmente imaginable como una miniserie de Televisión Española (encajaría un cruce con El Ministerio del Tiempo) que además de alegrar el día y distraer de la rutina sirve para adentrarse en la historia patria y descubrir un poco más de ella. Un complemento perfecto para añadir a las clases de historia y una manera mucho más divertida de aprender de lo que jamás será una clase magistral.
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