Flash: Porvenir es la puerta de acceso a todo lo que está por llegar, es la recuperación y redención de un personaje que ha sufrido más de lo necesario

Hubo un tiempo en el que Wally West fue un héroe. Empezó como el compañero de uno, de Flash, para más tarde terminar él mismo ocupando su lugar, tener otros compañeros, un amor, hijos, una vida… hasta que alguien en DC Comics decidió que era buena idea volver a rehacer la continuidad y cargarse por el camino un buen número de historias.

Y no me hagáis hablar del legado que me enciendo…

No fue la mejor maniobra y tanto el lector como la crítica lo dejaron claro. Así que al poco tiempo se orquestó un pase de manos para dar una pseudo marcha atrás e intentar recuperar ese pasado que estaba perdido. El primer elegido para volver fue Wally West y tan solo un hombre podía traerlo de vuelta, Barry Allen, el más famoso Flash.

Mientras el joven se despedía de su mentor este recuperó la memoria, supo quién era y lo trajo de vuelta a la realidad. Un momento emotivo e impactante que era tan solo el pistoletazo de salida para lo que estaba (y está) por llegar. Si bien lo que estaba por llegar ha sido irregular es algo a lo que los lectores de cómics de superhéroes ya nos hemos acostumbrado a los últimos años, en parte es consecuencia de unas empresas más preocupadas de un golpe de efecto que de entretener (pero eso es tema para otro día).

Ahora el joven Flash ha vuelto y hay que darle algo qué hacer, es así de sencillo. Y se sabía, se había anunciado, que se le iba a elevar a la categoría de un dios al sentarle en la silla de Metron, el esquivo y siempre misterioso personaje creado por Jack Kirby. Pero aunque se sepa el destino no el viaje y eso es precisamente lo que Scott Lobdell y Brett Booth narran en Flash: Porvenir.

El velocista es reclutado por Tempus Fuginaut con la misión de impedir que la oscuridad lo devore todo y para ello viaja por diferentes mundos, realidades alternativas en las que las cosas no son las que todos conocemos y menos todavía el protagonista. De esta forma este Flash va dejando atrás sus recientes y terribles actos para volver a ser el héroe que era, crece como persona (y más como personaje) y al final del tomo tendrá ante sí un objetivo mucho mayor del que jamás había soñado.

Pero si bien esto es importante como lector lo que más se disfruta es su llegada a todas esas otras dimensiones, su cruce con el presidente Superman o con Super Demon, entre otros. Su interacción con ellos y la sorpresa de verse en lugares que se asemejan a lo que conoce pero que a la vez es muy diferente, y vamos a reconocerlo, nos encantan las tierras múltiples. Es así, nadie puede negarlo.

Flash: Porvenir es la puerta de acceso a todo lo que está por llegar, es la recuperación y redención de un personaje que ha sufrido más de lo necesario, pero ante todo es un divertimento que se puede leer de forma independiente y ser disfrutado sí solo.

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