Puede sorprender pero los X-Men no han sido siempre esos personajes carismáticos y exitosos que llevan siendo décadas, de hecho sus aventuras murieron y tardaron años en resucitar. Eso sí, desde que se hizo su historia no volvió a ser la misma, algo que vino dado por su nuevo ecléctico reparto con personajes tan icónicos como Lobezno, Tormenta o el genial Rondador Nocturno, un fantástico diseño de vestuario y unas tramas cada vez más complejas y arriesgadas.
Eso sí suena a los X-Men, y es que el cambio debe estar siempre presente en una agrupación que precisamente, de forma literal, lleva el cambio en su ADN. Hay etapas mejores y peores, algunas que pasan a la posteridad y otras que aunque son relevantes en su momento terminan sepultadas bajo kilos de olvido. No me atreveré a decir si lo que ha orquestado Jonathan Hickman es de las primeras o de las segundas, pero lo que es totalmente cierto es que lo ha cambiado todo (al menos por el momento, veremos si aguanta o se da marcha atrás) y que ha conseguido que una vez más los X-Men estén en boca de los lectores de Marvel Comics.
La propuesta es interesante y arriesgada, además de estar ejecutada con cuidado y habilidad y si bien he de reconocer que nunca he sido seguidor de la obra de este guionista (ya que en general no me gusta) hay que admitir que sus escritos no dejan indiferente a nadie. Ahora esta etapa de los mutantes más famosos del mundo se abre un poco más con Amanecer de X en la que si bien Hickman es el arquitecto y guardián no así el realizador, el trabajo queda en las manos de otros artistas que han sabido empaparse perfectamente del estilo y la esencia original.
De esta forma Amanecer de X sirve para dar forma, fondo y contexto a toda la historia, la expande y matiza. No todo es orégano en la isla Krakoa y si bien hay un objetivo común que todos persiguen también hay tantos objetivos como habitantes, entre los que se cuenta la propia isla. Así estas páginas ayudan a profundizar en lo ya narrado mostrando parcelas que quizá habían quedado más ocultas, pero también sirve como perfecta presentación e introducción para aquel que apenas sabe nada de esta nueva etapa.
Sí, es cierto que si se conoce de forma previa se disfrutará más y se entenderán mejor ciertos puntos, pero la elección de personajes, situaciones y secretos que se usan en estas páginas son ideales para que un nuevo lector se adentre en la época actual. Claro está que lo ideal, siempre, es leer la obra al completo, pero por algún sitio debe empezarse y este tomo es perfecto para ello.
Quizá todo lo que está orquestando Hickman quede en nada, solo el tiempo lo dirá, pero de momento es un viaje que se disfruta mucho.