Joaquin Phoenix en un fotograma de la película Joker: Folie à Deux. Créditos: Warner Bros.

Joaquin Phoenix en un fotograma de la película Joker: Folie à Deux. Créditos: Warner Bros.

¿Es el Joker de Joaquín Phoenix el Joker? Lo es, no hay duda.

El Joker. El gran villano de Batman. Uno de los personajes más conocidos del mundo del cómic y uno de los únicos dos enemigos del murciélago que ha tenido adaptación en solitario al cine. Y aquí es donde vamos, a la película de la gran pantalla.

El Joker de Joaquín Phoenix en el momento más icónico de la película. Créditos: Warner Bros
El Joker de Joaquín Phoenix en el momento más icónico de la película. Créditos: Warner Bros

El Joker de 2019

Joker fue estrenada en 2019 con dirección de Todd Phillips, guion de él mismo junto a Scott Silver y una soberbia actuación de Joaquín Phoenix, se convirtió en una de las grandes películas del año. Una revisión de este payaso asesino, de la locura que le envuelve, con una gran carga crítica hacia la sociedad, la cultura de masas, la falta y fallida elección de referentes…

Por algún motivo, y esto es terrible, hubo personas que entendieron todo lo contrario. Es probable que recuerdes el caso de las locutoras del programa La Script que lo consideraron un héroe en oposición a Batman con “sus problemas de primer mundo”. Además de indicar que “Ya hemos cambiado el genero de superhéroes gilipollas, menos mal que ha llegado un superhéroe de verdad” y perlas como “Esto lo que dice es que Batman era de derechas” o que “Batman no nos representa, nos representa este Joker».

Sin entrar en comentar lo inadecuado de que alguien considere que un asesino confeso le represente esto no fue algo en lo que cayeron solo ellas, extrañamente hubo público que vio en la película una conversión del Joker en un héroe cuando, y sin ser sutil, lo que se hace es todo lo contrario. La trama muestra de forma clara a un hombre que se convierte en un monstruo, que asesina y se enorgullece de ello, que no muestra compasión o arrepentimiento. Sí, con una vida complicada y problemas mentales, bienvenido al club, pero nada que justifique sus acciones o que las ensalce (algo que, por desgracia, el director tuvo que incluso aclarar).

Esta confusión y falta de entendimiento hizo que hubiera lectores de cómic que consideraran la película fallida. No por los méritos o defectos del filme protagonizado por el Joker, nada de eso, más por una sencilla cuestión de purismo respecto del personaje y cómo es en el cómic o, y es un matiz muy importante, cómo lo entienden ellos.

Y es que claro, no es el Joker ya que el Joker no se pinta de blanco, tiene la piel blanca, una argumentación que más de uno tenía en la mano. Sin entrar en que esto no es nuevo, está el antecedente de Heath Ledger con una actuación impresionante, no es que tenga mucha relevancia. Los personajes cambian y no me refiero a cuando son adaptados, cambian en el cómic. Lo hacen una y otra y otra vez.

Lady Gaga como Harley Quinn en Joker: Folie à Deux. Créditos: Warner Bros.
Lady Gaga como Harley Quinn en Joker: Folie à Deux. Créditos: Warner Bros.

Los personajes cambian y evolucionan

Harley Quinn en su origen en la animación no tenía la piel blanca y se pintaba, no fue hasta después cuando se la incluyó en las viñetas que esto se cambió. Con el tiempo, se cambió con el tiempo. Otros orígenes varían, ¿Superman fue encontrado por un motorista? ¿Por los Kent que lo llevaron a un orfanato? ¿Nació en la Tierra de una matriz genética? Todas, todas ellas son ciertas.

El Joker presentado en 1940 no es el mismo que se vio en 1950 o en 1960 y así una y otra vez. Si hasta DC Comics quiso dar una explicación a este hecho y se sacó de la manga que en realidad el Joker era como Dios, uno y trino. ¡Había tres! Por suerte esta historia cayó en las manos de Geoff Johns y Jason Fabok que hicieron algo estupendo, con elecciones artísticas muy acertadas y poniendo en valor La broma asesina de Alan Moore y Brian Bolland.

Claro, al menos hasta que no ha sido así, hasta que DC Comics ha querido dar marcha atrás y que esto fuera más algo elucubrativo y metafórico que real y literal, por otro lado si era o no canónico siempre ha estado abierto a debate. ¿Acaso importa? Son historias y todas están ahí para lo mismo, para divertir, entretener y, con suerte, contar alguna lección vital de importancia. Los purismos, la nostalgia, el desafío a la obra… en fin, el que va a perder no es el autor o el cómic, película o libro de turno, eso seguro.

En el prestigioso cómic ¿Qué le pasó al Hombre del mañana?, la última historia del Superman Pre-Crisis, se dice que es una historia imaginaria y más, se indica que todas lo son. Entonces, ¿porqué hacerse mala sangre? Este es un Joker, esa es una Harley Quinn, ese es un Superman, el de allí es…

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