El Duende contra Spiderman

El Duende contra Spiderman

Lucha sin cuartel entre el Duende y Spiderman.

Desde su primera aparición en 1983 el Duende ha sido un incordio constante en la vida de Spiderman y en su momento además el villano tuvo a todo el mundo mordiéndose las uñas de los dedos por saber quién era. Aunque el cómic en que todo se explica es una lectura muy agradecida (El Duende vive) la resolución de tal misterio no fue del gusto de todos, el empresario Roderick Kingsley era el hombre bajo la máscara, pero sirvió como cierre a un gran misterio y por supuesto dejó la puerta abierta a futuros regresos del malvado.

Los paralelismos con Norman Osborn (es decir, el Duende Verde) son inevitables, a fin de cuentas los dos son hombres de negocios de alto nivel y el uno bebe directamente del otro. Pero hay una diferencia importante, mientras que el primero está loco y en más de una ocasión se ha dejado claro que el Duende Verde es más una cárcel que una liberación para el segundo es una elección totalmente consciente. Él elige y quiere ser el Duende, quiere estar fuera de la ley, quiere imponerse por encima de los demás, y disfruta (mucho) con ello.

Héroe moderno contra villano clásico

Miles Morales ha demostrado tener su propia identidad como Spiderman aunque tenga el mismo nombre de guerra que Peter Parker, pero a lo largo del tiempo también ha peleado con los villanos de este como sucede en Miles Morales: Spiderman número 8. Aquí el joven arácnido debe enfrentarse con el Duende en un tebeo con guion de Cody Ziglar y arte de Federico Vicentini, además de un muy acertado color de Bryan Valenza. La mezcla de todos ellos da un número doble (“Deshilachado” primera y segunda parte) que entra solo, que tiene acción a raudales, escenas de combate espectaculares y da espacio a los personajes para que tengan su momento de crecimiento.

A fin de cuentas este trepamuros no deja de ser un adolescente y si bien los cómics de superhéroes se sostienen por la eterna lucha entre el bien y el mal eso no puede ser todo, menos todavía cuando se trata de un personaje en una etapa vital que por definición está llena de cambios, de experimentación, de búsqueda identidad… Lo mejor de estas viñetas no es un Duende enloquecido que llega a dar pavor, que lo hay, lo mejor es adentrarse en la vida de Miles Morales, en sus miedos y sus dudas, en todo su mundo que (igual que la TARDIS) es más grande por dentro que por fuera.

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