Portada del cómic Billonaire Island

Portada del cómic Billonaire Island

Un cómic ácido y lleno de humor, una sátira fantástica que sin duda os va a encantar.

Imaginemos por un momento que el mundo se está yendo a la mierda y que los más ricos miran solo su propio pellejo, así que se montan una isla para ellos donde todo lo que quieren es posible y dejan al resto a su suerte. ¡Qué lejos está de la realidad!

Hay que reconocer que leer Billonaire Island provoca dos claras sensaciones, por un lado la risa ya que su humor es desternillante y por el otro una cierta inquietud al ver más de un viso con la realidad. Algo que es todavía mayor con algunos de los personajes que aparecen, que no son más que sosias de personajes reales que todos conocemos.

Página del cómic Billonaire Island

Se puede decir de una forma mucho más sencilla, estamos ante una sátira, una muy buena, todo sea dicho. La propuesta que sale de la mente de Mark Russell y el arte de Steve Pugh, dúo que también está al frente de Los Picapiedra, es divertida y salvaje, una lectura muy recomendable que no va a dejar a nadie indiferente. Tanto el mundo que construyen, como la presentación del mismo, junto con unos personajes muy bien definidos hacen que esta sea una lectura altamente recomendable, y posiblemente una de las más divertidas desde hace tiempo.

Mark Russell se sirve del ingenio que ya mostró en Los Picapiedra, y la calidad que tenemos en Billonaire Island es la misma que ya vimos entonces, con diálogos realmente ingeniosos, mucha acidez y una cierta dosis de mala uva que siempre es de agradecer. Su crítica hacia el capitalismo salvaje y sin control hacia el que parece que nos dirigimos es mordaz y muy inteligente, o usando un viejo dicho “No deja títere con cabeza”.

Página del cómic Billonaire Island

A todo su arte hay que sumar el de Steve Pugh, con unos dibujos realmente estupendos que se funden totalmente con el trabajo de su compañero. Se nota, se puede sentir y es palpable desde el otro lado de la página, la buena conexión y estupenda química que tienen los dos profesionales, algo que aporta valor al cómic y que hace que su lectura sea delicioso.

Un cómic ácido y lleno de humor, una sátira fantástica que sin duda os va a encantar.

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