Considerada por muchos la obra maestra de la carrera del autor, Fax desde Sarajevo ha cosechado prestigiosos premios como el Don Thompson del 96, el Harvey del 97 e incluso un premio Will Eisner de 1997.

Decir que Joe Kubert (1926-2012) es uno de los más grandes autores de la historia del cómic es decir obviedades. Con la mayor parte de su trabajo creado para DC y para editoriales independientes, Kubert alcanzó el estrellato con obras como Sargento Rock, Hawkman o algunas historias de Tex.

Y en el caso que nos ocupa, estamos ante la obra más personal y exquisita de su carrera. Fax desde Sarajevo fue publicado por primera vez en 1996 por Dark Horse Comics y nos llega ahora en una edición de lujo de la mano de ECC.

Kubert narra la historia real de su amigo Ervin Rustemagic, que se vio atrapado junto a su familia y vecinos en los 18 meses de indescriptible horror que duró el asedio a Sarajevo por parte de las tropas serbias, entre 1992 y 1993. Rustemagic se comunicaba con Kubert y otros buenos amigos del mundo del cómic mediante un fax. A partir de los cientos de faxes que recibió, Kubert pudo reconstruir la historia de Ervin y su familia y narrarla de forma clara y desgarradora, para denunciar al mundo los horrores de la guerra Serbo-Bosnia.

Como forma de acentuar este aire de realismo e impactar al lector más aún, la obra incluye los faxes originales de Rustemagic, recopilados y entremezclados con el propio cómic.

En esta emotiva historia, el patriarca de los Kubert nos muestra la tragedia de una familia civil obligada a huir de su propia casa en mitad de una zona de guerra. Se nos muestra a Milosevic como el gran villano sediento de sangre y a sus tropas como verdaderos maníacos homicidas sin el menor atisbo de un alma humana. Es una historia no apta para estómagos delicados, ya que no se corta un pelo a la hora de narrar los peores horrores de la guerra: francotiradores que cobran por civil muerto, con un plus si son niños; campos de concentración dedicados a la violación masiva de prisioneros por parte de los soldados; saqueos de casas matando a toda una familia sólo para poder robarles una videoconsola; y un largo etcétera.

Y, por encima de todo, la esperanza ciega del protagonista de poder poner a salvo a su familia, su valor reluciendo en medio del pánico, un humilde autor de cómics cruzando zonas críticas de guerra en su Opel Kadett, con la única protección de bandejas metálicas pegadas a la carrocería y pilas de cómics en el interior para absorber el impacto de las balas.

La narrativa de Kubert, siempre clara, y su dibujo de corte clásico, pero impactante y cargado de dramatismo, te mantendrá enganchado hasta el final para saber qué pasa a continuación.

Considerada por muchos la obra maestra de la carrera del autor, Fax desde Sarajevo ha cosechado prestigiosos premios como el Don Thompson del 96, el Harvey del 97 e incluso un premio Will Eisner de 1997.

Un artículo de José Sënder.

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