Es una lástima que películas como Vesper pasen casi siempre desapercibidas en el gran listado de estrenos de cine mensuales, quedan aplastadas bajo el peso y la sombra de llamativos títulos comerciales como Spiderman: Cruzando el multiverso o Flash. Y no es que esas películas tengan nada de malo pero es imposible competir con según qué títulos en las mismas condiciones, eso hace que de forma inevitable acaben siendo menos conocidas y casi parecen estar obligadamente destinadas a ser convertidas en películas de culto.
Quizá con Vesper estemos ante una excepción, tiene el potencial para ser una de esas películas que poco a poco va creciendo en fama y en amor por el público. No en vano, y lo digo con orgullo vallisoletano, Thelma & Louise empezó a ser realmente reconocida por la maravilla que es después de su paso por Seminci. A veces el tiempo pone todo en su lugar y tengo la esperanza de que así sea con la fábula firmada por Kristina Buozyte y Bruno Samper, directores y además guionistas junto a Brian Clark.
La idea de presentar un mundo futuro distópico no es para nada nueva (y en este caso recuerda en ocasiones a la trilogía MaddAddam de Margaret Atwood) pero sí han sabido hacerlo de una forma propia, con su personalidad, resultando interesante y construyendo un universo que es a la vez terrible y precioso. Se habla de un momento en el que la humanidad sobrevive a duras penas y en el que el resto de vida animal parece haber desaparecido, pero sin que nos demos cuenta los propios narradores muestran y hablan de forma constante la existencia de nuevas formas de vida, de una ciencia que tiene más de biología que de tecnología.
Conforman un jardín del Edén que si bien en parte está maldito también tiene resquicios para la esperanza, una esperanza que encuentra su forma y fondo en Vesper. El personaje que da título a la película y que interpreta magistralmente Raffiella Chapman como una joven inteligente incapaz de rendirse, unida a un padre fatalmente herido en busca de la forma de lograr una vida mejor. Es bondadosa, es amable y ante todo es humana en el mejor sentido de la palabra.
Claro está que una película sobre un mundo distópico muestra siempre lo mejor y lo peor de nosotros mismos, pero no puede decirse que haya nadie que sea intrínsecamente malvado. Todos los títeres de esta obra son tan solo personas llevadas al límite por la situación que les ha tocado vivir, cada uno haciendo lo que considera que es mejor para su supervivencia y la de los que les rodean. Claro está que las elecciones de unos son más cuestionables que las de otros pero todas ellas nos hacen pensar y reflexionar, ¿acaso obraríamos nosotros igual? La pregunta está en el aire y queda por ser resuelta en el interior de cada uno.
Es cierto que en ocasiones las relaciones entre los diferentes personajes pueden resultar algo forzadas, pensadas más para que avance la trama que para resultar orgánicas entre ellas, y de igual forma el mundo planteado aunque bello resulta escaso. La duración del filme no tiene apenas espacio para dar explicaciones sobre qué se está viendo y si bien no es que sea siempre necesario sí sería de agradecer tener más información al respecto.
Con todo, con sus muchos aciertos y su menos debilidades, Vesper es una película tierna y sensible que se presenta como un cuento de hadas y no duda en enseñar que siempre podemos encontrar la belleza y la esperanza incluso en los tiempos más oscuros.
