Los héroes pueden estar en cualquier parte, también dentro de nosotros.

Hace unos días ya se habló (o escribió, sería más correcto) en este mismo site de Marvels: Ruinas, pero en concreto haciéndolo solo sobre los dos números de la miniserie que da nombre al tomo de Panini Cómics. En realidad el compendio es más extenso y completa la lectura con la inclusión de las cuatro entregas de Tales of the Marvels.

Si bien Ruinas es la versión oscura y destructiva de Marvels, en Tales of Marvels encontramos una continuación total de su espíritu e intenciones, tanto de forma metafórica como literal. En este caso el bien conocido Phil Sheldon no está presente y es sustituido por otras personas normales, ciudadanos igual que cualquiera cuyas vidas se ven alteradas en el primer número, titulado “Blockbuster”, por la presencia de esos seres llenos de poder. De nuevo se intenta ver cómo afectan al mundo y qué respuesta se daría a su existencia real, y al igual que en el día día están los que solo buscan su propio beneficio y otros que en cambio lo que intentan es ayudar a otros (algo que, ahora mismo en la actual situación de pandemia, cobra más sentido que nunca).

Pero Tales of the Marvels se permite incluso ir un paso más allá, ya que en la segunda aventura titulada “Demonios interiores” el guionista Mariano Nicieza y los dibujantes Bob Wakelin y el Studio Infinity viajan hasta el pasado a través de la magia del noveno arte, y lo hacen para llegar justo al comienzo de la denominada Era Marvel de los cómics para adentrarse en una de las figuras más complejas y atractivas de La casa de las ideas: El príncipe Namor.

O más bien, en el hombre sin memoria que fue, un vagabundo de Nueva York solo conocido como “Viejo” y al que Johnny Storm rescataría del olvido, el propio y el externo. ¿Qué sucedió en ese tiempo que estuvo desaparecido de todos los ojos? ¿Cómo era su vida? ¿Quiénes estaban a su lado? Eso mismo es a lo que se da explicación en estas páginas al mostrar un lado muy humano y compasivo de la creación de Bill Everett, demostrando además que en muchas ocasiones lo único que todos necesitamos es una mano amiga que nos ayude a sostenernos.

Algo similar sucede en “Años maravillosos”, una historia del Hombre Maravilla en la que en realidad el actor y justiciero apenas llega a aparecer, y cuando lo hace es poco más que un cameo fugaz. La trama se traslada hasta su club de fans y el cómo sus miembros viven con pasión la vida y hechos de su ídolo, disfrutan de sus películas, de sus entrevistas y coleccionan todo lo que pueden sobre él.

Si la idea básica de Marvels era mostrar a estos prodigios a través de los ojos de un ser humano normal, “Años maravillosos” es la narración más humana de todas las que se han contando partiendo de esa misma premisa. Un relato que podría suceder prácticamente igual en el mundo real, haciendo que sea el que más de cerca toca al lector, siendo realmente sencillo empatizar con los personajes, sus sueños y sus vivencias.

Con esta historia cierra Marvels: Ruinas, y si la primera parte se adentraba en un universo caótico y atroz, que llegaba a dejar mal cuerpo, la despedida es justo lo contrario al mostrar calidez, superación y que siempre habrá un mañana.

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