Cartel de la película REC: terror sin pausa, dirigida por Diego López-Fernández
Un recorrido por todo lo que fue [REC], desde sus comienzos e ideas iniciales, sus cambios y por supuesto la visión de sus dos directores.

No sé si conocéis a Javier Botet, me refiero en persona. Es alguien muy agradable, educado y siempre sonriente, uno de esos tipos con los que es estupendo hablar aunque sea cinco minutos. He tenido la ocasión de cruzarme con él en tres o cuatro ocasiones y reconozco que siempre me ha dejado una sensación agradable, ¿y porqué os cuento esto? Sencillamente por un hecho: él es la niña Medeiros de [REC], él es el terror.

Este hombre tierno y agradable es uno de los monstruos más icónicos del cine español, sin duda la criatura patria más conocida a nivel internacional (solo igualada por Paul Naschy y su hombre lobo) y sorprende que detrás de la misma esté alguien así. Pero esa es la magia del cine, que lo que vemos es un artificio total y absoluto, magia en estado puro que logra transportarnos hasta lugares de ensueño o pesadillas horribles.

Precisamente todo esto lo que uno se encuentra en el documental [REC] Terror sin pausa, una obra que llega varios lustros después de que la película se convirtiera en un fenómeno de taquilla con varias secuelas, un cómic y un refrito americano (que tiene su propia secuela). Un recorrido por todo lo que fue [REC], desde sus comienzos e ideas iniciales, sus cambios y por supuesto la visión de lo que sus dos directores (Paco Plaza y Jaume Balagueró) querían hacer y cómo lo conseguido superó con mucho sus sueños.

De esta forma nos vamos perdiendo por los detalles de su creación y su nacimiento, sus construcción y por el camino descubrimos un buen número de secretos que quizá hasta ahora desconocíamos. Incluso llegaremos a ver imágenes que muestran una dimensión totalmente nueva del filme, en concreto el ver a Javier Botet caracterizado como el sacerdote que tiene aprisionada a la niña Medeiros ya que en realidad él iba a ser el villano de la función. Un cambio que fue bastante improvisado pero que sin duda fue a mejor, al menos según Balagueró es lo que pedía el filme y es complicado decir que no es así.

No mentiré si digo que este documental solo tiene sentido entre los amantes del cine y más en concreto entre los que somos seguidores de esta saga, una franquicia que por el momento no va a tener más entregas (aunque el final de la cuarta parte queda abierto a ello) y que de esta forma podemos revisitar una vez más. Y por supuesto después de ver el documental es casi obligado ponerse una vez más [REC] para dejarnos llevar por la comedia y el miedo. Recordad dormir con las luces encendidas, la niña Medeiros solo sale de su refugio y es vista en completa oscuridad.

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