Dennis Quaid como Ronald Reagan. Créditos: Oliete Films

Dennis Quaid como Ronald Reagan. Créditos: Oliete Films

Reagan es un completo repaso a la vida del político.

Reagan es una biopic bien construida pero se pasa en su alarde y alabanza de la figura histórica que retrata. Iremos sobre ello en unas líneas. Lo que sí hay que comentar antes de nada es que cumple con su objetivo, traslada con bastante acierto, con matices, al presidente Ronald Reagan a la gran pantalla, su larga vida, su época política, su relación con su esposa Nancy…

El director de Bratz, Casper y Zack y Cody

El director Sean McNamara y el guionista Howard Klausner resultan una elección algo sorprendente por la carrera previa de ambos. El primero lleva en activo cerca de cuatro décadas combinando cine y televisión sin grandes títulos y de entre estos lo más conocidos posiblemente sean Bratz: La película, Casper y la mágica Wendy o Zack y Cody: La película, entre otros muchos trabajos de muy variado tipo.

En el caso de Howard Klausner encontramos a un profesional que trabaja como guionista desde 1997, empezó en un episodio de Una chica explosiva, y a saltos ha conformado un total de once títulos con obras como Dios no está muerto: Una luz en la oscuridad o El poder del perdón. También firma la divertida Space Cowboys y The Last Ride, biopic sobre el músico Hank Williams, que en parte explican que sea el escritor de Reagan.

Han querido ser exhaustivos y lo son, intentan dar una visión global y bastante amplia de cómo era delante y detrás de las cámaras. Crean una ficción que bebe directamente de la historia para dar una idea lo más completa posible de cómo era Ronald Reagan más allá de sus apariciones públicas y sus ideales políticos, aunque en su persona y carácter todo iba bastante de la mano.

Actor antes que presidente

Por supuesto la trama comienza muchos años antes de su paso por la el despacho oval y es que cuando se habla de Ronald Reagan hay que hacerlo de su vida en Hollywood. Allí empezó una carrera como actor que pudo ir a más hasta que no lo fue pero justo allí fue también, y en parte a consecuencia de ello, que empezó su andadura por la política y su enfrentamiento directo con el comunismo (como deja claro una primera escena en la que charla con Dalton Trumbo, cuyo vida también llegó al cine en 2015).

Para retratar en sus diferentes épocas a este hombre se cuenta con las interpretaciones de Tommy Ragen, David Henrie y Dennis Quaid, el primero como niño, el segundo de joven y el tercero de adulto. El primero cumple y más el segundo, David Henrie es un actor bien conocido por los seguidores de Los magos de Waverly Place (y su secuela Wizards Beyond Waverly Place) como Justin Russo y aunque parece no haber envejecido desde el final de la serie hace doce años sus dotes, que ya eran buenas, solo parecen haber ido a más.

El talento de Dennis Quaid

Pero el que destaca por encima de todos es Dennis Quaid, a fin de cuentas es el que se impersona como el antiguo actor y posterior presidente. Y lo hace a las mil maravillas, uno llega a creerse que está viendo al propio Ronald Reagan a pesar de que no haya un gran parecido físico. El profesional se mete bien en su piel, se ha empapado de su forma de hablar, de expresarse, de moverse y de gesticular.

Puede que algún espectador que no tenga la figura de Reagan muy por la mano, algo más que entendible dado que dejó el cargo de presidente en 1989 y falleció en 2004, considere que Quaid sobreactua. Nada más lejos, no hay más que ver alguna entrevista o alguno de los momentos que se reflejan en el filme, como la broma sobre la edad de Mondale en el debate con el mismo, para ver lo bien captado que está.

Una biopic caramelizada

Y dicho esto podemos hablar de cómo esta biopic se pasa. De forma personal siempre me ha gustado el género, es uno de mis predilectos del cine, es una forma estupenda de adentrarse en la vida de personajes históricos siempre que se sepa que lo que se está viendo no deja de ser una ficción por mucho que se base en hechos reales y en este caso casi parece una fábula constante.

Lo ideal, que a la postre sirve para darle más peso y veracidad, es no quedarse solo con lo bueno y mostrar también lo malo. Las flaquezas y pies de barros que todos los humanos tenemos, como ejemplo están Rocketman o Una mente maravillosa en las que se homenajea a Elton John y a John Nash pero no se omiten las adicciones de uno o la enfermedad mental del otro, esto no sucede así en Reagan al punto de que se pasa bastante por alto como fue responsable de poner a varios compañeros de trabajo, en Hollywood, en la lista negra por sus diferencias políticas.

La elección artística va por el camino del elogio y el aplauso sin que haya espacio para la oposición o para verle desde otro prisma, algo que no debe extrañar por el hecho de basarse en el libro de Paul Kengor titulado The Crusader: Ronald Reagan and the Fall of Communism, es decir El Cruzado: Ronald Reagan y la caída del comunismo. En El aviador se retrató a Howard Hughes como lo que era, un genio, pero no exento de problemas. En el caso de Reagan solo hay un punto de vista y si bien hay hechos como el mostrar a su padre alcohólico o el intento de asesinato que sufrió tan solo sirven para refrendar más la idea mostrada del mismo.

Demasiado bueno, demasiado simpático, demasiado todo sin que nadie pare a posicionarse en contra de sus ideas o propuestas, como sí sucedió en la vida real, o las consecuencias de varias decisiones políticas, y en concreto económicas, que tomó. Al menos, y es importante, no han ahorrado mostrar sus primeros pasos al enfrentarse al alzhéimer, aunque incluso ese hecho trágico se torna en un momento de alabanza (más todavía por la elección musical final, una versión suave y orquestal de Country Roads).

Un completo repaso a la vida de Ronald Reagan

Aunque deba ser vista con distancia Reagan es una biopic con buena hechura, aunque en exceso larga, que cumple con su misión de contar una historia basándose en hechos reales con más o menos fidelidad a estos y con una clara intención de aplaudir la imagen de un presidente que no estuvo exento de problemas. No es extraño que este filme, con esta visión, se haya estrenado este 2024 (el proyecto se dio sus primeros pasos en 2010) en el que el panorama político de Estados Unidos es convulso, con unas elecciones a punto de llegar en las que Kamala Harris y Donald Trump se verán las caras con muchas dudas respecto a qué pasará y cómo afectará esto al país y al resto del mundo.

Reagan es un completo repaso a la vida del político que pretende ahondar más en su personalidad y su forma de ser que en otra cosa, destacando las partes positivas de estas y dejando más de lado otros hechos y momentos relevantes, aunque sí con la relación entre él y su esposa Nancy (Penelope Ann Miller) siempre de fondo dado lo importante de la misma. Esta película no debe ser cogida como un reflejo histórico real, ninguna biopic debería, más como un entretenido producto de ficción que tiene buenas actuaciones y un enfoque ideológico muy concreto.

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