Poster de Rabos: El musical

Poster de Rabos: El musical

Un musical con buen rollo, humor sin medida y alegre gamberrismo.

En su país de origen este filme se titula Dicks: The Musical y se ha elegido traducirlo como Rabos: El musical. Tiene sentido dado que la palabra “Dick” es una forma coloquial, soez si se prefiere, de referirse al pene con lo que con “Rabos” se acierta pero por otro lado hay otro hecho que no se refleja en España y es el otro significado de “Dick”, el de un idiota, un gilipollas… Un tipo muy concreto, lo que podríamos llamar un capullo. Y un capullo, además, es también una forma coloquial, soez si se prefiere, de referirse al pene.

He de decir que creo que de haberse cogido esa opción igual se habría sido más fiel a la esencia del musical de Aaron Jackson y John Sharp, que basan el guion en su propia obra musical Fucking Identical Twins: The Musical, al quedar como Capullos: El musical. De esta forma se mantendría el doble juego que tiene el término en origen, que se ha perdido por el camino, que hace referencia directa a los dos protagonistas que son, sin matices, dos capullos muy preocupados por sus respectivos penes.

Dos claras influencias

En el metraje filmado por Larry Charles (Productor en Seinfeld, director en Larry David…) hay dos claras influencias y homenajes que resaltan por encima de otras tantas. La primera es la novela Las dos Carlotas, obra de Erich Kästner publicada en 1949 que trata de dos niñas gemelas separadas al nacer que se encuentran por casualidad y entonces urden un plan para reunir de nuevo a sus padres. Sí, es la base de Tú a Boston y yo a California (1961), entre otras adaptaciones que se han hecho de esta historia.

Por el otro lado hay una más que evidente influencia de The Rocky Horror Picture Show y no tanto por su potente temática queer, la influencia viene por la locura, caos y humor absurdo que llena la función. No hay que buscarle sentido al total, y tampoco a las escenas, solo disfrutar de ello, dejarse llevar por el enloquecido guion y reír todo lo que se quiera. Este es uno de esos casos que el público que vaya a buscarle tres pies al gato o pretenda enfrentarse a Rabos: El musical va a perder, y es una lástima dado que el embrollo, la ironía y, muy importante, la alegría llenan cada minuto.

El gran Nathan Lane

Pero si hay que destacar algo es la presencia de Nathan Lane. Veterano actor que se lo como todo según hace aparición y que se convierte en lo mejor de este título sin que nada (ni nadie) pueda hacerle competencia. Claro está que hablamos de un intérprete que tiene en su haber títulos como El rey león, The Good Wife o su magistral papel en Una jaula de Grillos y eso sin olvidar que también tiene gran experiencia sobre las tablas del teatro musical en producciones como The Addams Family o Los productores, cuya adaptación a cine también protagonizó (uno de esos curiosos casos de película que se convierte en musical y después musical que se convierte en película).

Rabos: El musical va a ser muy comentada por su buen rollo, su humor sin medida y su alegre gamberrismo, de hecho ya fue coronada con el Premio del Publico en el Festival de Toronto. Puede que no sea el mejor musical de la historia, puede que en ocasiones no haya freno de ningún tipo, puede que sus personajes no crezcan demasiado, puede que… ¿Y qué importa? Con amor y con humor todo se puede hacer.

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