El regreso de Russell T Davies a la franquicia de Doctor Who está demostrando ser justo lo que esta necesitaba. Había dudas al respecto de si lograría resucitar la cabecera como lo hizo en 2005 y rápidamente tales dudas quedaron resueltas con el primero de los tres especiales del 60º aniversario, algo que se afianzó con el segundo y el tercero. Ahora sí, todos los whovians podíamos celebrar el amor por esta serie que había pasado unos años malos, y al final quedaba la promesa de que mucho más estaba por llegar.
Ncuti Gatwa hizo una sorprendente, e inesperada, aparición en el último de esos especiales. Se le introdujo directamente como un Doctor completo, se habló de la bigeneración y se dio un fantástico cierre a todo lo iniciado hacía casi dos décadas. El protagonista debía sanar, tomarse su tiempo y el resultado de su terapia y mejora era esta nueva y sonriente encarnación que con alegría abría las puertas hacia la aventura.
The Church on Ruby Road, empieza la nueva era
Su prueba de fuego en Doctor Who era el especial de Navidad, The Church on Ruby Road, en el que el actor debía demostrar su valía, Russell T Davies lo acertado de su elección y además introducir a Millie Gibson como Ruby Sunday, su nueva companion. Una vez más, y ahora todas las dudas están muertas, el guionista deja claro que sabe bien qué hace, que sus ideas son magníficas y que esta larga saga está a salvo en sus manos. Desde un primer momento Ncuti Gatwa conquista al público, no solo por sus más que evidentes dotes interpretativas (que saltan a la vista) otro tanto es debido a dar vida a un Doctor alegre, uno que vive la vida, uno que disfruta, uno que sabe que siempre habrá un mañana y que las nubes oscuras son las llevan la lluvia.
Y la química entre ambos, ¡ah, qué gloria! Parecen dos antiguos amigos que acaba de reencontrarse, el gozo vital de él solo compite con el de ella, ambos con un pasado trágico que han conseguido dejar atrás para agradecer cada día que tienen, algo con lo que en lo personal no he podido evitar sentirme identificado. Un episodio de Navidad que, se podría apostar al respecto, pasará a ser el favorito de muchos, que sienta buenas bases de todo lo que está por venir, suelta algunos misterios que deben resolverse para terminar con una sonrisa y un guiño, literal, al espectador.
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