Imagen promocional de Materia oscura de Apple TV +
Materia oscura (Dark Matter) ha llegado y ha conquistado a su público. La apuesta de Apple TV + no era muy arriesgada dado el éxito del libro original y el hecho de que sea su propio escritor el responsable de hacer la traslación a la gran pantalla, pero eso solo asegura que se vea el primer capítulo y si este no conquista que se abandone. No está siendo así y es que la serie logra tenerte pegado al sofá en tensión por saber qué está pasando, qué pasará, cómo ha pasado y el porqué de todo ello.
Unas pocas pistas
Las pistas se van dando, se apunta en una u otra dirección pero todo va con cuentagotas. Muy, pero que muy, poco a poco. Solo lo suficiente para mantener la intriga mientras se apuesta más por el desarrollo de los personajes, sus dudas, miedos, sentimientos y alegrías, que es lo que lo sostiene todo. Si no se lograra empatizar con ellos nada de lo narrado importaría, igual que en Cuento de Navidad es capital saber desde el principio que Marley está muerto ya que si no fuera “no habría nada prodigioso en la historia”.
Todo avanza a su ritmo, las cartas se muestran y hay piezas dispersas por aquí y por allá. Con un poco de suerte puede verse el puzzle desde lejos pero no la forma de este, algo que cambia en el cuarto episodio de Materia oscura. En este todo cobra sentido, se dan un gran número de explicaciones, hay respuestas y se crean más preguntas a responder en los cinco episodios restantes.
¡AVISO!
Si no has visto el cuarto capítulo de Materia oscura no sigas leyendo.
Se darán detalles concretos de trama y resoluciones de la misma.
¡La caja, la caja!
El tercer episodio presenta la caja, el misterioso artefacto creado por el Jason Dessen alternativo, un artilugio del que nadie parece saber bien su funcionamiento solo que cuando alguien entra no sale. ¿Dónde va? Las pistas mostradas hacían entender que a otro mundo, otra realidad, pero no es así. El destino, que viven en sus propias carnes el Jason original y Amanda, es llegar hasta un corredor lleno de puertas, no hay final, están en el multiverso y todo son opciones. ¿Cuál es la puerta correcta? Todas y ninguna, ese es el problema.
¿Y cómo elegir un buen destino, uno que no les lleve a una Tierra desolada y rota? De nuevo había alguna pista y se confirma, al igual que la ausencia de mandos de control. Son ellos mismos, el viajante de turno, quien con su mente lo hace, con sus pensamientos. De esta forma altera el posible destino al que va a ir, lo que es una problemática dado que no ser consciente de esto puede llevarte directo a la muerte.
Infinitas posibilidades
Es casi lo que le sucede a Leighton, heredero de Velocity y socio del Jason alternativo. Quien sale en su busca para encontrar dolor, físico y mental. Pero esto se aprovecha para meter en el juego a otras dos versiones de este, una de ellas en el mundo del Jason canónico que es visitado por el Jason alternativo y se convertirá en su inversor para sacar adelante el proyecto en ese mundo. Esto es algo que además deja claro que el Jason alternativo no solo quería la vida familiar que su contraparte tenía, también el éxito y reconocimiento que dejó atrás. Lo mejor de dos mundos sin nada de lo malo.
Pero claro, todo esto plantea otras tantas preguntas. Hay un tercer Leighton que ve al Jason original y a Amanda huir de su realidad tras asesinar a la versión alternativa de esta, ¿irá tras ellos también? ¿Y qué llevó al Jason alternativo hasta el mundo del original? ¿Fue premeditado? ¿Fue una casualidad? ¿Y el resto de viajantes previos? ¿Siguen con vida? Si hay un multiverso infinito hay infinitas respuestas e infinitos problemas.
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