Skrulls, ¿creías conocerlos? Quizá no.

No voy a engañaros, cuando vi el anuncio de Los Skrull: Unidad familiar me interesé por este tomo al ver cierto parecido con la excelente serie de La Visión que escribió el genial Tom King. Si bien en ambos casos la historia presentada ahonda en las relaciones familiares, las similitudes son solo superficiales ya que puede decirse que la obra de la aclamada actualización de Mr. Milagro da una visión (nunca mejor dicho) aterradora del androide mientras que la que firma Robbie Thompson hace justo lo contrario con la raza Skrull.

El exguionista televisivo, conocido por su trabajo en Sobrenatural, da una interesante vuelta de tuerca a una especie alienígena que prácticamente siempre ha sido presentada cómo belicosa y bastante aviesa. Esto ya era así en su primera aparición en el número dos de Fantastic Four (1962) de Jack Kirby y Stan Lee, en una historia que es un mito fundacional de Marvel Comics. Inolvidables también son el arco La Guerra Kree-Skrull, la sustitución de Alicia Masters (pareja de Ben Grimm/La Cosa) por una de ellos o la saga denominada Invasión Secreta en la que nadie sabía quién era amigo o enemigo.

Lo que siempre se ha dejado claro es que estos multiformes eran gente de poco fiar (ni siquiera entre ellos), totalmente entregados a la misión de su sacro santo imperio y su Mundo Trono, y con una personalidad que parecía compartida por todos dejando poco o ningún lugar al individuo al punto de castigarse el que se desviaba de la misión global, siendo este repudiado o exiliado (o peor, claro está).

En Los Skrull: Unidad familiar se presenta una trama de espionaje en la que esta raza intenta terminar con un proyecto que les hará imposible pasar ocultos en nuestro planeta, mucho menos invadirlo en el caso de querer hacerlo (y quieren, eso no lo duda nadie). Pero esta premisa es solo la superficie, el adorno que esconde la verdad, ya que lo realmente importante es el tratamiento que se hace de estos personajes, de una familia que lo único qué intenta es lograr superar el día a día mientras lucha por permanecer unida. Tienen problemas, tienen secretos, comparten confidencias y son, por extraño que pueda sonar, muy humanos. Más de lo que jamás habríamos creído posible en este imperio guerrero.

No es fácil coger algo viejo y conocido para remozarlo por completo  y hacer que siga conservando su atractivo original, pero Robbie Thompson y el ilustrador Niko Henrichon (con portadas de Marcos Martín) lo han conseguido. Nada de lo que se narra en este tomo de Panini Cómics contradice en absoluto toda la cronología de estos alienígenas, de su superpotencia cósmica, de sus aventuras y maldades, lo que se hace con gran acierto es dar nuevos e interesantes matices a unos personajes que hace tiempo ya parecían gastados. A partir de ahora, no volverás a ver a los skrulls de la misma forma.

Esta obra es un claro ejemplo del motivo que hace de Marvel Comics, ahora y siempre, la Casa de las Ideas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *