Los años peligrosos (en los que nos toca vivir)

Los años peligrosos. Así se llama el último libro de Ramón González Férriz con el subtítulo de Por qué la política se ha vuelto radical, no solo eso, también la sociedad, las redes sociales y un buen número de individuos. No hablemos ya de la masa, la masa siempre ha sido radical, voluble y volátil, pero ahora lo es más que nunca. Aunque es cierto que el origen de todo quizá esté en la política, en cómo los políticos han visto que su mejor arma es la confrontación y el show para sus seguidores.

Lo que queda claro al leer Los años peligrosos es que estos parecen más ocupados de lograr su titular, su momento en redes, su vídeo viral que de gobernar y no digamos el liderar. Esta una tarea que hoy parece totalmente imposible de llevar a cabo, queda por preguntarse si alguien quiere liderar de verdad o tan solo ir escalando peldaños que le hagan tener una rica vida profesional y una todavía más rica cartera.

Un mundo de blancos y negros

Para muestra un botón, un extracto muy representativo del todo, del hoy, de cada día, “Eso (…) había creado dinámicas perversas: la gente no se atrevía a decir lo que pensaba por miedo al linchamiento. Peor aún, algunas instituciones como universidades, empresas culturales o medios de comunicación temían ser acusadas de comportamiento inadecuado e insultadas en redes”. ¿A alguien le resulta familiar esta situación?

Ramón González Férriz no da puntada sin hilo, su trabajo es concienzudo y detallado. Ha explorado con calma, se ha documentado todo lo posible y no duda en mostrar de forma clara, evidente y palpable los elefantes en la habitación. Y son mucho, decenas de ellos. No parece que nadie se salve y lo peor de todo ello es que no es más que un simple reflejo de nuestro mundo, de nuestro día a día. Él no inventa nada, no crea una ficción, no idea unos personajes, tan solo ve, reflexiona, transcribe y explica. Para bien o para mal este es el mundo en el que nos ha tocado vivir y el autor se convierte en el biógrafo no oficial de nuestro tiempo por derecho propio.

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