Howard el pato entró en nuestras vidas en 1973 de la mano de Steve Gerber y Val Mayerik y lo hizo para quedarse, aunque fuera con una carrera irregular pero jamás siendo olvidado por los fans y tampoco por los autores.
No así la película de 1986 que aquí se tituló Howard… un nuevo héroe, que dejó de lado la vertiente más crítica y existencialista del personaje para apostar más por una mediocre línea de fantasía, dirigida porWillard Huyck que también fue guionista junto con Gloria Katz. Un producto muy olvidable que es poco más que una cinta de culto pop, si llega.
Y hace poco este emplumado anti héroe recuperó la fama que tuvo antaño gracias a un breve cameo en la película Guardianes de la Galaxia. Solo eso hizo falta para que volviera a la actualidad de Marvel Comics, lo que demuestra lo voluble del público y lo que dijo (creo) Carlos Pacheco de que ahora es solo una pequeña parte de una empresa dedicada al cine.
Dejando de lado posibles quejas sobre este punto, discutible pero por desgracia muy cierto, hay que agradecer que haya sido así ya que Howard es un personaje que conviene tener siempre como lectura. Dicho esto es cierto que quizá estas páginas no sean tan críticas como las de antaño, con una cierta vertiente social que se ve eclipsada por la comedia, pero igualmente este tomo de Patochadas es muy recomendable.
Chip Zdarsky sabe que hay mucho lector potencial que desconoce al personaje y juega con ello, creando casi desde cero una trama que permita al más novato meterse de lleno en la aventura pero en todo momento dejando claro que está totalmente conectado con el resto del universo Marvel. Esto se logra a través de diferentes cameos y apariciones entre los que destacan el de Hulka y Spider-Man (convertido aquí en un secundario cómico), además de otros como el Doctor Extraño o el hoy en día muy popular Mapache Cohete.
Lógicamente el guionista estaba casi obligado a usar la referencia con Guardianes de la Galaxia, grupo que ahora mismo goza de una gran popularidad y la introducción de este roedor en cierta forma vincula lo que estamos leyendo con lo que vimos en la pantalla. Salvando las distancias y las diferencias claro.
Nadie negará que Howard es un personaje de guionistas, igual que John Constantine, y si no cuenta con alguien realmente bueno en ese apartado quedará totalmente cojo; pero tampoco puede dejarse de lado a un ilustrador con talento y entra aquí Joe Quinones junto al colorista Rico Renzi. Entre los dos firman un fantástico mundo colorista con toques cartoon, en el que casi podríamos sentir que estamos dentro de una serie de dibujos más que de un cómic.
Un tomo divertido que se nota lleno de cariño y que logrará que las carcajadas impidan soltarlo.
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