Cartel promocional de la película La virgen roja. Créditos: Amazon MGM Studios/Elástica

Cartel promocional de la película La virgen roja. Créditos: Amazon MGM Studios/Elástica

Nuestra opinión sobre la nueva película de la directora Paula Ortiz.

Generalmente, escribo la crítica justo al salir de ver el pase. El trayecto en transporte suele ser mi momento para teclear, pero hoy he hecho una excepción. Esta película me pedía a gritos unas horas para saborearla bien antes de dar mi opinión. Hablo de La virgen roja, la nueva película de Paula Ortiz.

Voy a quitarme la careta cuanto antes y decir que soy seguidor del trabajo de esta directora desde su primer largometraje De tu ventana a la mía, una película maravillosamente evocadora que me abrió las puertas a su universo narrativo que disfruto con cada cinta que realiza esta artista y, por ello, estaba esperando este nuevo trabajo desde su anuncio.

La historia, al parecer, es un episodio bastante olvidado de la historia reciente de nuestro país. No son pocas las personas que escucho en el pase decir que no saben nada de la historia que van a ver. Me considero afortunado porque, para mí, la vida de Aurora Rodríguez Carballeira y su hija, Hildegart, no resulta un tema desconocido.

Nawja Nimri en La virgen roja. Créditos: Amazon MGM Studios/Elástica.
Nawja Nimri en La virgen roja. Créditos: Amazon MGM Studios/Elástica.

Los sucesos que se narran en pantalla hablan de la vida de ambas mujeres dentro del período histórico que vivieron y como la segunda resultó un personaje trascendental en el papel del avance de las mujeres y su sexualidad durante toda su vida. Contar más sería revelar mucho de lo que cuenta esta historia y si no se conoce la historia, mejor callar a tiempo.

Empiezo hablando del elenco, con un dúo bien engrasado como el que forman Najwa Nimri y Alba Planas. El trabajo de la primera es de sobra conocido, ya que lleva una carrera tras de sí de casi treinta años y siempre es una garantía tenerla en pantalla.

En cuanto a la segunda, a pesar de haber trabajado ya en varias series de televisión y algún largometraje, este es, sin duda, el papel que puede hacerla llamar a la puerta de importantes trabajos en el futuro. Su voz dulce y su aspecto cándido contrastan en la película con la dureza y el control que representa su compañera de pantalla.

Es curioso destacar que no es la primera vez que ambas comparten largometraje, ya que coincidieron en El árbol de la sangre, del director Julio Medem.

Nawja Nimri y Alba Planas en La virgen roja. Créditos: Amazon MGM Studios/Elástica.
Nawja Nimri y Alba Planas en La virgen roja. Créditos: Amazon MGM Studios/Elástica.

El resto del elenco lo forman nombres conocidos como los de Aixa Villagrán, Pepe Viyuela o Patrick Criado, interpretando a personajes fundamentales, de una manera u otra, en la vida de Hildegart Rodríguez.

Las interpretaciones están medidas al milímetro. La cercanía y la contención ayudan a que resulten más explosivos los momentos de tensión o furia que sufren las protagonistas de esta historia. Es importante el papel de la intimidad entre ambas para narrar la soledad que hay dentro de ellas y cómo la afrontan de maneras diferentes.

Dicha historia, presentada y cerrada por el personaje de Aurora nos viene a explicar como si leyéramos un documento los entresijos del llamado Proyecto Hildegart y la importancia del mismo para la humanidad, lo que anuncia la importancia de cada suceso que veamos, acentuando la tensión en cada giro.

He tardado en escribir esta crítica porque una idea rondaba en mi cabeza desde que salí del pase: ¿realmente he visto una película sobre un suceso de hace casi un siglo? Ese es uno de los puntos clave. La historia de Hildegart sucedió en 1931, e igual que habló a sus contemporáneos sobre sus tesis en favor de la importancia de la mujer, hoy día no vendría mal que se revisarán dichos escritos y discursos. Tanto el papel de la mujer como el del derecho a ser libre, son las bases que han resonado en lo más profundo de mí durante el visionado. Hildegart fue creada para ser la primera mujer totalmente libre, pero durante el metraje veremos que la realidad no era tan cierta, ya que esa libertad siempre estaba limitada por el control y la supervisión de Aurora, su progenitora.

Antes de terminar esta crítica, me gustaría dejaros una recomendación y una pequeña nota sobre el pase

La recomendación que quiero hacer, complementa de maravilla el visionado de esta película: La madre de Frankenstein, novela que forma parte de los Episodios de una guerra interminable, escritos por Almudena Grandes. Me atrevería a recomendar los cinco episodios que componen la saga, pero este en particular nos habla de Aurora Rodríguez Carballeira tras todo lo que se ve en pantalla. Si os interesáis por este personaje, no dudéis en leer esta novela, que también tuvo su adaptación teatral dirigida por Carme Portaceli y con Blanca Portillo asumiendo el rol de esta mujer.

En cuanto a la pequeña nota, es la notable falta de respeto que he notado en algunas personas con las que he compartido dicho pase. No recuerdo en mucho tiempo tanta pantalla brillando, móviles cayendo al suelo o vibrando durante un pase. Esto y no otra cosa es lo que ha dejado un poso negativo en las casi dos horas que dura el filme (y que no se hacen pesadas para nada). Ojalá el comportamiento vaya cambiando a mejor poco a poco, aunque parece ya una batalla perdida…

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