La resurrección de los monstruos de Universal

Entre los años 30 y 50 del siglo XX los monstruos de Universal Pictures dominaron la cartelera, algo inesperado pero auspiciado por el éxito de Drácula y posteriormente de El doctor Frankenstein. Dos títulos basados en obras teatrales que a su vez se basaban en clásicos de la literatura, no era algo del todo novedoso y había antecedentes pero el género según se conoce nace en ese entonces. El público ansiaba terror, según los cánones del momento, y la empresa supo responder aunque como suele pasar siempre la sobreexplotación y el primar la cantidad por encima de la calidad es algo que termina por agotar a cualquier producto o personaje, aunque este sea un insondable ser inmortal.

Además este universo tiene el honor de ser el primero compartido del cine, muchas décadas antes de que Marvel Studios popularizara la idea, con cruces entre Drácula, el monstruo de Frankenstein (criatura en la novela), el Hombre Lobo… Pero a pesar de eso y de varios intentos no ha logrado resucitarse con éxito, se puede hablar de trilogía de La momia, de Van Helsing, o del muy publicitado Dark Universe que murió antes de poder empezar a andar o más bien a correr por lo que parecía pretender Universal Pictures. Pero como se ha dicho hace unas líneas, son seres inmortales y jamás descansarán en la tumba.

Primeros pasos en la buena dirección

Tras los pasos y tropiezos la productora parece haber tomado buena nota de ello y ha dejado de forzar la maquinaria. Los personajes están ahí, su rica mitología y legado también, ¿para qué ir con prisas? Todo puede cocerse a fuego lento y si hay o no un universo compartido debe ser preocupación para otro día, ahora lo importante es fortalecerlos y recuperar la marca. Esto es algo que se empezó a hacer en el año 2020 con El hombre Invisible, enésima versión audiovisual del clásico de H.G. Wells que fue muy bien acogida por su puesta en escena y tratamiento (con, hay que decirlo, algunas ideas que estaban presentes de forma muy clara en El hombre sin sombra que protagonizó Kevin Bacon en el 2000).

Un primer éxito conseguido. Tras este llegó una inesperada comedia titulada Renfield que ejercía como secuela directa del Drácula de 1931 y como punto fuerte, además de llamativo, contaba con el excéntrico e icónico Nicolas Cage para dar vida (o no vida) al conde transilvano que llega a ser aterrador como hacía tiempo que no era. Un filme divertido y acertado que demuestra las muchas posibilidades que tienen estos seres para seguir adelante, crear un nuevo público y adaptarse una y otra vez a los gustos del momento.

Y llega Abigail

La próxima parada en el camino es Abigail, de la que se ha hablado de forma reciente en este mismo medio, una película que estará protagonizada por Alisha Weir como la niña que da título al filme. ¿Y quién es? Por lo que parece es, ni más ni menos, que la hija del conde Drácula lo que expande la mitología y el legado retomando la en ocasiones muy olvidada La hija de Drácula de 1936, aunque por lo mostrado no parece que vaya a tener puntos en común con esta (tampoco tendría sentido). Con suerte Universal sorprende a todos con un inesperado cameo de Nicolas Cage volviendo a dar vida al vampiro, sería una buena forma de empezar a construir de nuevo el primer Universo compartido del cine.

Incluso se puede vincular con la, todavía sin estrenar en España, El último viaje del Demeter. Queda camino por recorrer y monstruos que traer de vuelta. La lista es larga, empezando por el mentado Hombre Lobo hasta llegar a la Criatura de la Laguna Negra e incluso remontarse hasta los primeros de todos, antes de Drácula, que fueron el Jorobado de Notre Dame y el Fantasma de la ópera (ambos encarnados con maestría por el talento sin igual de Lon Chaney Sr.). Las puertas del inframundo se están abriendo de nuevo, y ya era hora de que lo hicieran.

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