Laia Manzanares como la joven Carolina en La desconocida
No es extraño que una obra teatral sea adaptada al cine, es algo que puede rastrearse hasta los orígenes del medio. Hay un buen número de títulos que se basan en una representación previa, por citar unos pocos se puede hablar de Cyrano de Bergerac y por supuesto de la fantástica Arsénico por compasión, sin olvidarse de la más que exitosa La llamada. A todas ellas se une La desconocida, una película que viene firmada por Pablo Maqueda, director también de Dear Werner y Manic Pixie Dream Girl, mientras que el guion corre a cargo de sus manos y las de Paco Bezerra y Haizea G. Viana.
El filme presenta, sin entrar en innecesarios destripes, una oscura relación entre un hombre maduro y una jovencita con la que se ha citado con momentos que realmente son escalofriantes, llegas a sentir en tu propia carne una gran incomodidad. A fin de cuentas estamos viendo como dos mundos diferentes chocan a toda velocidad y uno termina rompiendo al otro en mil pedazos, el efecto se logra poco a poco, con calma y desvelando al espectador una verdad terrible que no le dejará indiferente.
Manolo Solo se come la película
Hay que reconocer que Laia Manzanares como la joven Carolina está magnífica, una actriz a la que por desgracia no conocía pero a la que tendré bien situada a partir de ahora para verla en próximos trabajos. Pero el que realmente se come la función es Manolo Solo, su amplia y fascinante gama de registros es increíble y muy posiblemente estamos ante su mejor papel hasta la fecha. No es decir poco, el intérprete ha sido parte de otras producciones como El hombre del saco (película de la que se entrevistó a su director) y Cerrar los ojos en los que ha sido reconocido por su talento, pero en La desconocida brilla más que nunca.
Si bien puede que La desconocida no sea el mejor de los títulos para este filme, cobrando más sentido en un segundo visionado, y podría haberse ido por el mismo camino pero englobando a los dos, es decir Los desconocidos dado que al comienzo de la trama ambos lo son. Un pequeño matiz, más de carácter personal, que no empaña a una película que engancha e inquieta desde un primer momento, que gira en más de una ocasión y que llega de forma orgánica hasta un final que deja con el corazón agarrotado y casi sin aliento.
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