Cartel de la película "Joan Baez: I am a noise"
Empieza Abril y mi primer plan es asistir a un pase que me hace especial ilusión: Joan Baez: I am a Noise. Llego y descubro la sorpresa del día: soy la persona más joven de la sala. Una pregunta me surge enseguida: ¿he entendido mal de quien habla el documental?
Al empezar el documental la pregunta se responde enseguida. Para resumirlo, Joan Baez es una de esas artistas que cambia el panorama de la música con su sola presencia. Esa artista que, a pesar de estar en el candelero constantemente, no se la presta la atención que necesita.
Parece más de lo mismo, ¿verdad?
La película es una retrospectiva de la longeva carrera de una artista que afronta su gira de despedida, pero también bien actúa como una liberación de todos los demonios que la han acompañado durante su vida, escondidos tras el rostro dulce y pacífico de la protagonista.
Los cuadernos de notas de Joan nos acompañan y dan marco a las inquietudes de esta carismática mujer. Es cierto que el documental es un género que esconde cierta parcialidad a la hora de dar voz a quien cuenta la historia, pero se puede decir que lo que se ve en este filme son cosas que podrían pasar, lamentablemente, hoy mismo.
Pero nada es lo que parece
Descubrimos a una chica que se cuestiona constantemente, que busca su lugar sin terminar de encontrarse segura, que hace lo que ama aunque sus compañeros acaben dejándola de lado cuando despuntan. Habla de la importancia de la salud mental, de como pensaban que ser visto por un especialista era algo terrible. Nos recuerda la importancia de los movimientos sociales en la sociedad de la época para hacer frente a lacras como el racismo y la injusticia.
Efectivamente, podría estar hablando de 1960 tanto como de ayer mismo en este siglo XXI cada vez más polarizado. Pero cuando parece que la idea ya está asentada por completo, aparece algo enterrado en lo más profundo de la mente: los abusos de su padre a ella y a su hermana, abusos que ella nunca pudo asegurar por completo.
Este documental, realizado a seis manos, presta la atención necesaria a los asuntos superfluos para incidir en la vida y el pensamiento de una persona que enfrentaba gran cantidad de problemas ocultos a un mundo que la tomaba como un símbolo de entereza y ejemplo.
Joan ha elegido en que momento contar su historia al completo (tiene un par de biografías previas publicadas) para no dejar nada en el tintero. Lo hace no por sus fans, si no como gesto a esa niña que no encontraba un lugar donde sentirse cómoda años atrás. Una luchadora, que hoy también sería (y para algunos aún es) un ejemplo para esta sociedad.
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