Portada del tomo de Hulka titulado Una chica no puede evitarlo
El tercer tomo de la Hulka de Rainbow Rowell lleva por título Una chica no puede evitarlo y al menos en el caso de Hulka lo que no puede evitar es ser maravillosa, sensacional, increíble y fabulosa. Todo eso puede y debe ser. Es un personaje que puede brillar con luz propia siempre que haya alguien que sepa qué hacer, cómo tratarla y crear guiones adecuados. En el pasado, y siempre recordada, está la etapa de John Byrne pero no hay duda que el podio ahora mismo está compartido y que en unos años se hablará de ambas épocas como imprescindibles para la gammazona favorita de todos.
El trabajo de Rowell es divertido e ingenioso, es dinámico y aventurero pero por encima de todo es un trabajo que sabe entender a esta mujer. Y es que eso es ante todo Hulka, una mujer. No es una leyenda viviente como el Capitán América, no es un antihéroe monstruoso a su pesar como su primo Bruce Banner y su contraparte Hulk, no es la indómita y adorable líder de los Vengadores que es la Avispa… Hulka es Jennifer Walters y Jennifer Walter es Hulka. No es perfecta, no siempre hace bien las cosas, duda, tropieza, se enamora, quiere rodearse de gente que la quiera e intenta ver lo mejor de los demás aunque esto no siempre juegue en su favor.
Una heroína llena de amor
Por eso la amamos y la adoramos. No es una roca perfecta que puede con todo, es una persona que hace lo que puede en el día a día, que sale adelante, que se junta con sus amigos y discute con ellos. Es humana, es fantástica y es un poco todos nosotros. No es un reflejo real, claro que no que esto es un cómic de superhéroes, pero sí vive, siente y padece más allá de las luchas, de las aventuras y de los grandes villanos.
Y se enamora. Mucho. Y más en este largo arco que está construyendo Rainbow Rowell con una trama de amor maravillosa con Sota de corazones (ese Jack que debería ser interpretado en cine por John Barrowman), casi una película romántica que se convierte, una vez más, en lo más interesante y recomendable de estas páginas. Con un poco de ambientación navideña podría ser uno de los filmes de época de Hallmark, encajaría a la perfección. Queremos más Jen y Jack, y lo queremos ahora.
Un arte maravilloso
De lo que también se enamora uno, y con gran rapidez, es del arte de Jen Bartel a las portadas, una de las artistas que mejor ha sabido captar a esta heroína. En sus manos luce estupenda y magnífica, es bella y atractiva claro pero también es fuerte y poderosa, independiente y amable. El talento de Jen Bartel es perfecto para ella, de igual forma que Andrés Genolet (que se ocupa de las páginas interiores) ha sabido captar su esencia dejándose llevar por el dinamismo cuando es preciso, por una narrativa más acelerada en los momentos de lucha mientras se toma su tiempo y disfruta del viaje del amor en las escenas románticas.
El mundo Marvel necesita más Hulka, más Jennifer, más Jack, más amistad y más romance. Menos mal que ahí está Rainbow Rowell con sus ideas, diálogos ingeniosos y espacio para el amor, las relaciones, los miedos y, muy importante, los besos llenos de radiación, confianza y sonrisas (si no sonríes con las últimas dos páginas de la historia es que estás muerto por dentro).
Únete a nuestro canal de WhatsApp (totalmente anónimo, nadie verá tu nombre o tu número) y no te pierdas ningún contenido. ¡Súmate pinchando aquí!
