Imagen del cómic Godzilla vs. Power Rangers
Luchas y monstruos gigantes, el Dino Megazord partiéndose la cara con Godzilla y por supuesto Rita Repulsa haciendo de las suyas.

No puedo asegurarlo pero me da la sensación de que muchos se referirán al cómic Godzilla vs. Power Rangers como un placer culpable, esa fórmula que muchas veces se usa para hablar de contenidos y productos que se consideran menores (o malos) casi como si uno se avergonzara. ¡Nada de eso! ¡Hay que dejarlo atrás y este es el momento perfecto!

Este tomo es espectáculo en estado puro, diversión a cada página, monstruos contra robots gigantes, poderes increíbles y magia fascinante. Lo único que tiene de malo este cómic de la editorial Moztros es que no sea una película, me da igual si es de alto o bajo presupuesto pero según pasaba de una viñeta a otra mi mente no dejaba de fantasear con llegar a verlo en la gran pantalla.

¿Imposible? Sí, igual que pensar en la idea de unir en cómic a los Power Rangers y Godzilla, al Castigador y Archie, Robocop y Terminator, Linterna Verde con El Planeta de los simios o Popeye vs. Mars Attack pero ahí están todos ellos y más, hay bastantes más. El único limite de la imaginación es ninguno, o los derechos y permisos de licencias en estos casos (que es una cuestión más de abogados y ejecutivos que de creadores).

¿Qué puede esperarse uno de una aventura así? No mucho, no en el sentido de una historia profunda que ahonde en las raíces y miedos de los personajes, en las dudas de los Power Rangers sobre su misión o en la innata soledad del gigante atómico. No, no, nada de eso, sería una locura pretender tener eso en lo que aspira a ser un auténtico blockbuster revienta páginas. Queremos ver luchas y monstruos gigantes, al Dino Megazord partiéndose la cara con Godzilla y por supuesto a Rita Repulsa haciendo de las suyas quien a la postre es la culpable del cruce al llegar hasta la dimensión del monstruo japonés.

Eso sí, Cullen Bunn y Freddie E. Williams II saben bien qué tienen entre manos y que una aplastante mayoría de lectores serán seguidores de una de las dos franquicias o con un poco de suerte de ambas, por eso mismo han respetado la esencia y formas de cada una de ellas dando el suficiente espacio para hacer referencias al pasado de sus mitologías. Un punto a su favor, uno muy grande, es la inclusión de los Xiliens con el cosquilleo que eso conlleva a todos los que somos amantes del lagarto nuclear y no digamos ya el poder ver de nuevo en acción al Dragon Zord del Green Ranger (algo que en parte también provoca cierta tristeza por el todavía reciente fallecimiento de Jason David Frank).

El tomo llega a su final con ganas de más y la promesa de darlo en un futuro, dejando entrever interesantes posibilidades para ambas franquicias para que el lector deje volar su imaginación con qué podrá suceder. ¿Solo yo sueño con mezclar esta propuesta de Power Rangers por las dimensiones con lo mostrado en He-Man y los Masters del Multiverso? Es imposible, claro pero…

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