DC Comics es una de las editoriales de referencia del mundo de los superhéroes desde hace cerca de una centuria, no en vano tiene en su haber personajes tan reconocibles y exitosos como Batman, Superman y Wonder Woman. Esto sumado a la gran cantidad de buenos autores que han pasado por sus páginas y a momentos inolvidables, hace que su grupo de seguidores sea realmente una legión.
¿Acaso uno puedo olvidar al Batman clásico de 1939? ¿O la muerte de Superman y la aparición de los cuatro superhombres que clamaban por la capa? ¿Y las Crisis en Tierras Infinitas? Y más, mucho más, un gran abanico de historias, personajes, tramas y sorpresas que durante décadas se han ido renovando y actualizando, con mejor o peor tino, pero que ahí siguen aguantando en las tiendas de todo el mundo.
Generaciones Destrozadas, que incluye Generations Shattered y Generations Forged, es un homenaje a todo ello, a un rico legado que permanece en activo, a los momentos que todos recordamos y, por encima de todo, es una historia entretenida. Ese es para mí el principal valor de este tomito, más allá de las intenciones previas (en base a un plan que no fraguó) e incluso de la revelación final de un universo llamado Linealverso (del que os hablo en el canal, tras haberlo comentado con Dan Jurgens. Lo tenéis al final del artículo), lo importante es que durante varias decenas de páginas estarás pegado leyendo, disfrutando de una aventura (que podía tener un ritmo mejor) con un pintoresco y nada habitual grupo de personajes.
Es decir, ¿qué tienen en común Kamandi y Acero? ¿Y Booster Gold y Omac? ¿Y el Erradicador y el Ultrahumanita? Prácticamente nada, son héroes y villanos que apenas se han visto las caras, y eso si han llegado a hacerlo, pero que extrañamente logran funcionar y crear un divertida mezcla de personalidades. Aquí se ve el cuidado y el mimo de Dan Jurgens, Andy Schmidt y Robert Venditti al guion, cogiendo a esta mezcolanza de héroes y villanos, dándoles un mismo fin y hacer que funcionen de forma conjunta aunque en primera instancia no deberían hacerlo.
Eso sí, cada uno de ellos está escogido para representar una etapa concreta del universo DC, así que el comienzo de la historia con Kamandi no es algo casual. ¿O no fue una creación del gran Jack Kirby, el dibujante que sentó las bases de Marvel Comics, en su etapa en DC? Es una declaración de intenciones tanto como una carta de amor, un amor que también queda patente en los trazos de los muchos dibujantes que ponen su talento al servicio de esta historia (y de la Historia, con H mayúscula, de DC Comics).
Hablamos de nombres como Ivan Reis, Kevin Nowlan, Doug Braithwaite, John Romita Jr., Rags Morales o el propio Dan Jurgens, entre un nutrido grupo de artistas que a pesar de sus diferentes estilos y formas de entender a los héroes (y villanos) dan una visión casi única. Se puede sentir el cariño hacia las creaciones de sus predecesores, además de haber dotado a las páginas de un cierto sabor clásico y, en todo momento, homenajear y respetar a todos los que estuvieron antes que ellos.
Es cierto, Generaciones Destrozadas podría haber sido mucho más de lo que, parece, va a ser. Quizá el principio de algo mayor, la puerta de entrada a toda una nueva forma de entender DC Comics, un lienzo que podría haber sido pintado mirando directamente al futuro. Pero eso queda para el terreno de la imaginación, o de los Otros Mundos, por suerte lo que ha quedado es una historia entretenida con muy buenos autores, y eso es decir mucho.