Portada de Esos días que desaparecen

Portada de Esos días que desaparecen

Una labor de total introspección en nosotros mismos.

Esos días que desaparecen, así se llama una de las últimas propuestas de novela gráfica que se lanzan desde Nuevo Nueve y como es habitual entre sus títulos es una lectura que no deja indiferente, que te hace pasar página tras página, una lectura en la que te enamoras de sus personajes, del mundo que se crea, de la historia que se cuenta y del talento de su autor, en este caso Timothé Le Boucher.

¿De qué trata esta obra?

Pero no hay que correr. Primero, ¿de qué trata esta obra? Según reza la sinopsis de la editorial, “¿Qué harías si de repente te dieras cuenta de que sólo vives cada dos días? Esto es lo que le ocurre a Lubin Maréchal, un joven de unos veinte años que, sin tener el más mínimo recuerdo, se despierta cada mañana después de haber transcurrido un día entero. Luego descubre que durante estas ausencias, otra personalidad se apodera de su cuerpo. Otro él mismo con un carácter muy diferente al suyo, llevando una vida que nada tiene que ver con él. Para organizar esta convivencia corporal y temporal, Lubin decide comunicarse con su “otro”, a través de la cámara. Pero poco a poco, el alter ego se apodera y posee el cuerpo de Lubin durante más tiempo, evaporándose poco a poco con el tiempo… ¿Quién sabe cuántos días le quedan de vida antes de desaparecer por completo?”.

El protagonista de Esos días que desaparecen
El protagonista de Esos días que desaparecen

La sombra de Carl Gustav Jung

Con este extraño y llamativo argumento Timothé Le Boucher crea una fantasía que tiene mucho de psicológica, es una total transposición de la idea de la sombra postulada por Carl Gustav Jung. Esa parte de nuestro ser que está en el inconsciente, un nosotros que desconocemos y que tiene sus propios rasgos y actitudes. Una idea que en este tomo se convierte en el pilar principal, aunque no es preciso conocerla de antemano para disfrutar de las viñetas, el autor da todo lo que se necesita, incluyendo la incertidumbre y el miedo pero también el amor y la alegría.

A lo largo de casi 200 páginas lo que Timothé Le Boucher hace en Esos días que desaparecen es una labor de total introspección en nosotros mismos, en quiénes somos, qué nos mueve, qué mecanismos de defensa tenemos y cómo nos entiende el mundo que nos rodea. Una lectura ágil y amena con algunos momentos realmente duros, un relato que trata un complejo tema psicológico de una manera sencilla (en parte, al menos) con unas ilustraciones maravillosas a la vez que deja ideas, mensajes y reflexiones sobre el valor de la amistad, la vida y el paso del tiempo.

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Y pasan tres días en Esos días que desaparecen
Y pasan tres días en Esos días que desaparecen

 

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