Julio Verne es uno de los grandes creadores de todos los tiempos, su obra ha sido aplaudida, querida, homenajeada y adaptada un gran número de ocasiones. En su haber tiene personajes fascinantes pero posiblemente ninguno tanto como el capitán Nemo, ese temible hombre que ha roto con todo y con todos, que vive en el mar solo con una tripulación de hombres fieles, que no teme a dioses ni a demonios.
Es una fascinante fuerza de la naturaleza que viaja en su increíble Nautilus, una fantástico embarcación diseñada por él mismo. Con todo esto presente es más que entendible que Benoit Peeters y François Schuiten se hayan dejado seducir por él para una nueva entrega de sus Ciudades Oscuras, en concreto en el volumen titulado El regreso del Capitán Nemo. Y es que Nemo, por lo grande de su figura, está condenado a no morir nunca.
Un gran homenaje
El regreso del capitán Nemo es un gran homenaje a la obra de Verne y a este personaje cuya última aparición canónica fue en La isla misteriosa, publicada en fascículos entre 1974 y 1875 8y recogida en un solo volumen en ese mismo años). Aquí el aguerrido luchador tiene más años, su odio por la humanidad no parece tal y es que el escritor quería darle algo de redención antes de enviarle a la muerte en las profundidades. Y aquí lo retoman Schuiten y Peeters, hacen que vuelva a la vida sin una sola explicación que, por otro lado, tampoco se antoja necesaria.
Así a los largos de las páginas el texto y la ilustración se unen de forma magnífica para crear lienzos llenos de belleza y de terror, de luz y oscuridad y un capitán Nemo que es más grande que la vida. Es fuerte, oscuro, sabio e inteligente, analiza todo lo que sucede a su alrededor y rememora su vida, sus orígenes e incluso el cómo Julio Verne llevó su historia a una novela.
La magia de Verne
Los dos autores de este volumen cogen a un personaje inmortal de la literatura y hacen un homenaje maravilloso, a él y a todo el mundo de su escritor. Algo que se amplía en las páginas finales con la obra pérdida, o parte de ella, París en el siglo XX, lo que hace que este tomo sea una delicia y una lectura obligatoria para todos los amantes de Julio Verne. No solo eso, también ejerce de clara explicación al motivo de que sus letras hayan perdurado e incluso juega con el propio autor con un poco de metalenguaje, hasta llegar a un final tan precioso como poético.
El regreso del Capitán Nemo no es un cómic, al menos no en el sentido tradicional del mismo, pero lo que sí es es una carta de amor, un aplauso y un poema dedicado a uno de los creadores imprescindibles de la literatura. No cabe duda, esta obra tiene que estar en la estantería al lado de Veinte mil leguas de viaje submarino, La isla misteriosa y toda la producción del genio francés.
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