El Cid de Iván Sarnago

El Cid de Iván Sarnago

Las leyendas nunca mueren.

España tiene una costumbre muy establecida que es hablar mal. No, no me refiero a eso que a veces se define como el deporte nacional que sería hablar mal de los demás (que también), me refiero a hablar mal de nosotros mismos. Nos encanta atacarnos, insultarnos, decir que todos somos unos miserables, que es el peor país del mundo y bla bla bla bla… No digamos ya vilipendiar el pasado, la mitología existente, las leyendas o los personajes históricos como El Cid.

El Cid existió y también se ficcionó. El Cid es tanto personaje histórico como legendario. Está ahí, ¿por qué no usarlo para hacer un superhéroe? A nadie le llama la atención que los estadounidenses convirtieran en héroes a foragidos, pistoleros y vaqueros. Repito, vaqueros. Un vaquero es un pastor de vacas. Como con ovejas pero con vacas. Todos pueden ser un héroe, desde un bombero a una dependienta, allí eso lo tienen claro.

Y aquí parece que tenemos claro otro tema, que todo lo que sea sentirse orgulloso de la patria (y uso el término con toda la intención del mundo) es algo que solo es de derechas o directamente de fachas, dos términos que en muchas ocasiones se usan como sinónimo uno del otro. La historia no es de nadie, los personajes históricos no son de nadie, son de todos y El Cid estaba esperando su regreso, su puesta a punto, su momento.

¿Quién? ¿Quién? ¿Quién? ¡El Cid!
¿Quién? ¿Quién? ¿Quién? ¡El Cid!

El Cid resucitado

Ha resucitado, literal y metafóricamente, de entre los muertos en el cómic Roderick Díaz, El Cid: Regreso a casa del autor burgalés Iván Sarnago. Y lo hace con diversión, alegría, aventura, respeto y ganas de llevar su historia a nuevas generaciones e ir creando otras en las que el guerrero español demuestre que no hay edad para hacer el bien, servir a la justicia y, por el camino, desfacer entuertos de todo tipo.

Es cierto que en algunos puntos el dibujo de Sarnago es irregular y algo apresurado aunque el nivel medio es más que aceptable, con ciertos momentos muy trabajados como la splash page en que el protagonista, en una analepsis que retrotrae a la Edad Media, aparece en Babieca, su caballo, luciendo fuerte, poderoso y aguerrido como El Cid de la leyenda. De la leyenda y ahora del mundo del cómic.

El Cid en todo su esplendor
El Cid en todo su esplendor

De Charlton Heston a Ruy, el pequeño Cid

Puede que Charlton Heston sea El Cid más recordado, en la mítica película de Anthony Mann, seguido por Ruy, el pequeño Cid, de la serie de animación de mismo nombre, y que también haya tenido el rostro de Sergio Peris-Mencheta en El ministerio del tiempo (lo que tiene su punto dado que años antes interpretó en el cine al Capitán Trueno) y es que cuando se trata de fundir historia y leyenda hay mucho espacio para la ficción. Y sí, también hay hueco para un cómic de aventuras y más si este está hecho con el cariño, respeto y el buen tino que tiene Iván Sarnago en este primer número.

¿Para cuándo el segundo? ¿Y unas figuras? Necesitamos más dosis de El Cid en nuestra vida.

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