Iñaqui Juárez de Teatro Arbolé con los títeres de Edelmiro II. Créditos: Teatro Arbolé

Iñaqui Juárez de Teatro Arbolé con los títeres de Edelmiro II. Créditos: Teatro Arbolé

Edelmiro II y el dragón Gutiérrez es una divertida historia familiar que cobra vida gracias a los títeres del Teatro Arbolé.

En la representación de Edelmiro II y el dragón Gutiérrez dijo Iñaqui Juárez que “En el teatro siempre pasa algo maravilloso”. Y es cierto, bien lo sabe él como uno de los nombres más fuertemente vinculados al Teatro Arbolé de Zaragoza, tanto que se extiende por una segunda generación a la que hemos visto con él en Un día en el teatro y en solitario en La gota aventurera.

Una obra divertida

Pero sí, siempre pasa algo maravilloso cuando hablamos de teatro y no fue distinto en el caso de Edelmiro II y el dragón Gutiérrez, obra divertida, sencilla, tierna y fantasiosa que encandiló a grandes y pequeños. Una función con títeres poco complejos pero muy eficaces y es que no hace falta un gran artificio, solo saber cómo narrar una historia.

¿Qué historia? Una bien conocida por miles de lectores, una que presenta a un muy pequeño reino, más todavía que Genovia, donde buscan un rey y al puesto se presenta Edelmiro que será por siempre conocido como Edelmiro II. Un hombre al que le será encomendada la misión de enfrentarse al temible, en teoría, dragón Gutiérrez.

Portada de Edelmiro II y el dragón Gutiérrez. Créditos: Bruño
Portada de Edelmiro II y el dragón Gutiérrez. Créditos: Bruño

Reflexiones en Edelmiro II y el dragón Gutiérrez

Sin entrar en nada más, como bien sabes en docpastor.com-Amamos la Cultura Pop intentamos siempre evitar destripes, sí puede decirse que Edelmiro II y el dragón Gutiérrez es una odisea de humor y lecciones, de valores morales y reflexiones que todos deberíamos hacer. Mostradas de forma sencilla para ser comprendidas por los más pequeños, todo bien envuelto con el hechizo teatral que siempre tiene el Teatro Arbolé.

En este caso ese hechizo sale directamente de las manos de Iñaqui Juárez y es que como suele decirse la experiencia es un grado. Más todavía si hablamos de décadas, de bolos por muchos puntos del país y, ante todo, de amor y pasión por lo suyo. Eso se nota y se transmite. El titiritero sale al escenario como si de un buhonero se tratara, solo que en vez de vender baratijas cuenta una historia.

Lo hace con calma, tranquilo, como si estuviera en su casa y es que son muchos años de tablas. Sabe cuándo parar la trama para hacer algún comentario, sabe jugar con el metalenguaje, sabe ser parte de la obra en el momento preciso y sabe hacer partícipes a los asistentes. Da igual si estos son niños o adultos, todos los que estaban en la sala querían ser parte de Edelmiro II y el dragón Gutiérrez.

De dragones va la cosa

Los dragones son seres muy habituales de la ficción y de las leyendas, es complicado encontrar a alguien que no le gusten. Son muchas las obras de ficción que los retratan de diversas maneras y si bien en ocasiones son fieros en otras tantas son fieles amigos, compañeros y aliados como sucede en Edelmiro II y el dragón.

La saga de Cómo entrenar a tu dragón es uno de los exponentes más claros, una franquicia de éxito que dentro de poco estrena un refrito hecho en acción real. Pero hay otros casos como la mítica Dragonheart (Corazón de dragón) con el inolvidable Draco al que puso voz Sean Connery, en versión original, y Paco Rabal en España.

En el teatro siempre pasa algo maravilloso

De forma personal he de decir que tengo la suerte de haber vivido el teatro en diferentes formas y facetas, desde amigos y amigas que son aficionados y profesionales, a haber formado parte de un pequeño grupo, haber hecho entrevistas y reportajes… Y solo puedo darle la razón a Iñaqui Juárez del Teatro Arbolé, “En el teatro siempre pasa algo maravilloso”.

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